Editorial, por Ruth Alday

“¿Por qué se ha de temer a los cambios? Toda la vida es un cambio.” H.G. Wells

Qué cierta resulta la frase, no solo hoy, sino cualquier otro día, aquí o en cualquier otro lugar. Y al mismo tiempo qué fácil de olvidar... qué pronto nos acostumbramos a las cosas, las personas, los paisajes y las circunstancias, hasta creer que siempre estuvieron ahí y que siempre lo estarán, que son la única realidad posible.

Por eso muchas veces no prestamos atención a los pequeños cambios, las sutiles variaciones que sumadas unas a otras derivan al final en un cambio trascendente que nos sorprende, a veces para asustarnos y otras para llenarnos de alegría. Así se van contando nuestras historias personales, y la Historia de todos. Un día hay un monarca, y al otro día hay otro. Ayer teníamos la mejor selección de fútbol de la historia, hoy la peor. Un día el bipartidismo es inamovible, y al siguiente se tambalea. Llenamos páginas en los periódicos con nuestras exclamaciones de sorpresa, analizando el cómo y el porqué, como si todos esos “cambios inesperados” no hubiesen dado ninguna pista previa. Todos los cambios -incluso los desastres naturales que pueden parecer los más impredecibles- se van conformando poco a poco antes de dejarse ver en toda su magnitud. Otra cosa es que en el día a día no sepamos o no queramos verlos. Vuelvo a Wells: toda la vida es un cambio.

Pero lo verdaderamente importante cuando el cambio sucede es cómo lo afrontamos. Independientemente de que consideremos buena o mala la novedad, básicamente hay dos formas de encararla: la fluidez o la resistencia. La persona que fluye es aquella que es capaz de cambiar también ella misma para adaptarse a las nuevas situaciones. Está dispuesta a reconsiderar sus posiciones, sus creencias, sus costumbres. Aunque el cambio no le sea favorable, siempre encontrará algo positivo en él, sabrá adaptarse y crecer. Puede que decida asumir su nueva realidad, u opte por intentar cambiarla, pero no adopta una posición temerosa o inmovilista; sabe que la vida es cambio y que cambiar es la única forma de vivir. Otras personas sin embargo optan por la resistencia. Se niegan a aceptar las novedades -a veces incluso negando que hayan sucedido- viviendo en una “realidad alternativa”.

Luchan contra el cambio, pero nunca de una forma proactiva y constructiva, sino desde la negatividad y el inmovilismo. No aprenden nada, y dificultan el crecimiento de los demás.  Cambiar es estar vivo.

Los cambios son oportunidades para descubrir nuestras capacidades, para darnos cuenta de que, como dice nuestra amiga María José de Trueba en su artículo, “Somos Geniales”. Tal vez el verano a punto de comenzar, que siempre trae en si mismo tantas variaciones en nuestra rutina, nos traiga también la oportunidad de cambiar y crecer. Para empezarlo con buen pie -y porque siempre es importante prevenir- en este número hacemos un repaso por los remedios naturales más eficaces para que ningún pequeño problema de salud nos estropee las vacaciones. También encontraréis recomendaciones y recetas para nutriros y llenaros de energía en las secciones de Montse Bradford y Paz Bañuelos, muy recomendables.

Y si decidís durante el tiempo de descanso que queréis trabajar en una versión mejor de vosotros mismos, el artículo sobre coaching límbico puede daros las claves para empezar a hacerlo. Sonreíd, descansad, disfrutad, amad. Vivid el verano plenamente. A la vuelta, Vida Natural estará como siempre con vosotros.

Ruth Alday . Directora de Vida Natural .