Si por alguna circunstancia
nos quedamos
sin pasta de dientes
podemos limpiarnos
poniendo un poco de sal
en el cepillo y además
de combatir la placa
bacteriana es blanqueador,
endurece las encías
y nos previene del mal
aliento.
Si por alguna circunstancia
nos quedamos
sin pasta de dientes
podemos limpiarnos
poniendo un poco de sal
en el cepillo y además
de combatir la placa
bacteriana es blanqueador,
endurece las encías
y nos previene del mal
aliento.