Editorial, por Ruth Alday

Los que leen habitualmente estas páginas saben que no soy persona pesimista, antes veo el vaso medio lleno que medio vacío. Y últimamente lo veo muy lleno, pero de nada bueno. Esta mañana ha sido dar un vistazo a la prensa y venirme a la mente las palabras de Jaime Sabines, poeta y político mexicano: “Aquí no pasa nada; mejor dicho, pasan tantas cosas juntas al mismo tiempo que es mejor decir que no pasa nada”.

Hoy, 19 de septiembre de 2013, se ha publicado en el BOE que a partir del 1 de octubre los enfermos de cáncer, leucemia o hepatitis pagarán un 10% del coste de sus medicamentos. Lo voy a decir de otra manera; los Pacientes dejarán de serlo para pasar a ser Clientes. Y el cliente que no pueda pagar, no podrá comprar. El problema es que no estamos hablando de adquirir unos zapatos, un libro, o una simple aspirina para aliviarnos el dolor de cabeza... hablamos de la medicación de los enfermos crónicos, tratamientos que no sirven únicamente para aliviar un dolor o un síntoma, sino que suponen en muchos casos la diferencia entre vivir o morir. Y que son muy caros. Lo suficiente como para que un enfermo de cáncer deje de tomar parte del tratamiento por no poder pagarlo. Salud en venta, pero solo para quien pueda comprarla.

Y llueve sobre mojado. Otra gota más en un vaso llenísimo. El Estado del Bienestar, esa confusa nube donde se mezclan los derechos civiles, la sanidad y la enseñanza públicas y gratuitas, las relaciones laborales justas y la protección del estado a los más débiles, es como las articulaciones que ocupan nuestro tema central; mientras funcionan correctamente, no apreciamos su maravilloso trabajo, pero cuando empiezan a fallar, el dolor y la inmovilidad nos invaden.

Y todos estos derechos y garantías que vamos perdiendo poco a poco, de BOE en BOE, con nocturnidad y alevosía, son también como la salud; fácil de perder, difícil de recuperar. Deberíamos aplicarnos los consejos que tantas veces se repiten en nuestros artículos: ser conscientes de nuestra alimentación, ser responsables de nuestra salud... Ser conscientes y responsables de nuestros derechos, y no permitir que otros los manejen y modifiquen a su antojo, como si no tuviéramos voz ni voto. Sobre todo, cuando esos “otros” están empeñados en ganar el premio a la clase política más incompetente y corrupta de todo el continente, y demuestran día a día su incapacidad para entender y atender las verdaderas necesidades de la gente.

Pido disculpas de antemano si algún lector se siente asaltado por esta explosión de indignación... aunque sospecho que pocos quedarán que no anden rumiando pensamientos parecidos. Pero volvamos ahora al espíritu que anima Vida Natural de un número a otro: intentar mejorar los aspectos de nuestra vida que sí están en nuestras manos. En este número podéis encontrar una selección de tratamientos naturales para las personas que sufren artrosis o artritis, y los que estáis dando vuestros primeros pasos en la Macrobiótica encontraréis una ayuda muy práctica en los consejos de Paz Bañuelos.

Nos acercamos también a la Biodanza con una nueva colaboradora, Nerea Miranda, que nos descubre la esencia de esta técnica que busca integrar cuerpo, mente y alma. Y como mimarse un poco no le viene mal a nadie, en la sección de belleza natural os hablamos de las peculiaridades y ventajas de los champús ecológicos, que son un regalo para nuestro cabello y nuestra salud.

Y frente a tanta noticia gris, os invito a ser como los artistas del Trash Art, capaces de sacar belleza de la basura. Pase lo que pase, sigamos siendo positivos.

Ruth Alday . Directora de Vida Natural.