No vamos a volver a repetir que es absolutamente necesario utilizar protectores solares si nos exponemos a la radiación solar. Recomendamos escoger un producto ecológico certificado, que nos dé garantía de no contener sustancias perjudiciales como Parabenes, Ftalatos, fragancias artificiales, derivados del petróleo, metales pesados y nanopartículas, y que además ayuden a mantener la piel protegida e hidratada frente al sol. Básicamente, hay dos maneras de minimizar el impacto energético solar sobre nuestra piel:
Protectores solares: filtros físicos o químicos
-La primera es una solución de cajón: no exponernos al sol. Es decir, evitar que los rayos de sol impacten directamente sobre las células de nuestra piel. Esto se puede conseguir utilizando algo que se interponga físicamente entre el sol y nosotros. Ese algo puede ser una sombrilla, un sombrero… o algo que aplicado sobre nuestra piel haga un efecto de “sombra”. Este es el mecanismo de acción de los filtros solares físicos. Las principales moléculas que se utilizan para realizar dicha acción son el dióxido de titanio y el óxido de zinc. Un detalle de gran importancia es que estas moléculas no se hallen presentes en forma de nanopartículas (relacionadas con problemas de salud a medio y largo plazo). Los protectores solares ecológicos utilizan filtros solares físicos.
-La segunda de las opciones es permitir que llegue a nuestra piel el impacto energético y que, posteriormente, unas sustancias químicas aplicadas sobre nuestra piel, sufran una modificación molecular para disipar dicha energía. Este es el mecanismo de acción de los filtros solares químicos. Esta composición es la que utilizan la mayoría de los protectores no ecológicos.
Jesús Chicón, del departamento médico de Provinat, nos da algunos consejos para escoger el producto más adecuado:
“Desde un punto de vista práctico, el acto de aplicarnos nuestros protectores solares no deja de ser una oportunidad ideal de aportar a nuestra piel determinadas sustancias que le ayudan. Una de esas sustancias es el propio principio activo que nos protege del sol (óxido de zinc, dióxido de titanio…). Pero además, podemos “enriquecer” los protectores solares con sustancias refrescantes y calmantes (aguas termales), regeneradoras, antioxidantes y antienvejecimiento (aceite de argán)… Hay que hacer una reseña muy especial sobre el cuidado de nuestra piel tras la exposición al sol. No hay ningún momento en que nuestra piel se encuentre en un punto más delicado que tras una exposición solar intensa. Es precisamente ahí cuando deberíamos completar nuestro cuidado con un excelente after sun. Un adecuado producto para después del sol debería incluir sustancias calmantes (caléndula, aloe, aguas termales…), sustancias regeneradoras (aceites: argán, jojoba…) y sustancias antioxidantes (especialmente vitamina E)”.-
Las lesiones de la epidermis se caracterizan porque la piel enrojece, se inflama y produce dolor. El proceso de autoregeneración de la piel puede durar entre 7 y 10 días, pero podemos ayudarla con algunos remedios naturales:
Aliviar quemaduras solares
Pulpa de Aloe vera
El aloe vera es la planta más eficaz para todos los problemas de piel. Tiene una cantidad impresionante de vitaminas, oligoelementos y agua que calman, hidratan y regeneran cualquier alteración cutánea. Utilizada del natural se cortan las hojas más antiguas de la parte inferior de la planta de aloe de más de tres años de edad, se abren por el centro y se aplica su pulpa sobre la piel. También podemos encontrar en tiendas de productos naturales cremas con un 99% de concentración de aloe vera.
Ungüento de Caléndula
Los principios activos de esta bella flor ayudan a solucionar eficazmente quemaduras, a reducir la hinchazón y una posible infección. El ungüento de caléndula se encuentra comercializado por diferentes marcas de cosmética natural y se aplica directamente en forma de masaje por la zona enrojecida.
Compresa de Hamamelis
La hamamelis (Hamamelis virginiana) es un excelente antiséptico y astringente que evita la infección y hace mínima la hinchazón de la piel. Para ello lo más apropiado es el agua destilada de hamamelis muy fácil de encontrar embotellada en farmacias y tiendas de dietética. Mojamos una gasa en la destilación y la aplicamos en forma de compresa sobre la quemadura. Se retira cuando esté seca. Son también muy adecuados el aceite de argán para la recuperación cutánea, la decocción de lechuga por sus propiedades analgésicas, , la avena por sus efectos calmantes, la verbena, el llantén, el hibiscus, la tila… En el herbolario se pueden encontrar cosméticos especialmente preparados con muchos de estos ingredientes. Cualquier quemadura que afecte más allá de la capa externa de la piel (se distinguen por la aparición de ampollas) debe ser evaluada por el médico.