La sequedad vaginal es una falta de lubricación de la mucosa vaginal, consecuencia de una menor producción de fluidos, que puede afectar a mujeres de todas las edades, aunque preferentemente se produce en la menopausia. Esta sequedad puede provocar malestar, picores y sensación de irritación, además es causa de dolor durante las relaciones sexuales, e inflamación posterior al acto sexual. La viscosidad y lubricación de la mucosa vaginal varía a lo largo de todo el ciclo menstrual, como consecuencia de la fluctuación hormonal, durante la fase de maduración del óvulo, coincidiendo con el aumento progresivo de los estrógenos, encontramos una mayor lubricación, reduciéndose notablemente durante la menstruación.
La falta de lubricación puede poseer diferentes causas tanto orgánicas como psicológicas, siendo la más habitual la insuficiente producción de estrógenos, que se da especialmente en la época de la menopausia. Es durante esta etapa cuando un porcentaje elevado de mujeres manifiestan pérdida de humedad vaginal, que puede provocar no solamente picores, e irritación, sino además un mayor riesgo de padecer infecciones. Existen además otras causas susceptibles de provocar sequedad vaginal, como son: la inflamación de la mucosa vaginal o vaginitis, desequilibrios hormonales, parece ser más frecuente en mujeres fumadoras y también en caso de mujeres con diabetes, y en las que no siguen una alimentación sana y equilibrada con aporte suficiente de ácidos grasos esenciales. También la inflamación de las paredes vaginales producida por agentes infecciosos puede producir un flujo anormal que altere y disminuya la secreción del fluido lubricante habitual. Otro factor es el estrés, que provoca un aumento del cortisol a nivel circulatorio, que potencia el desequilibrio hormonal, con una menor producción de hormonas ováricas (estrógenos), que actúa favoreciendo la aparición de sequedad vaginal. Finalmente la vagina se puede irritar y/o resecar por la toma de determinados medicamentos y el uso de cosméticos que contienen detergentes, sustancias irritantes y que resecan en general la piel, como jabones, lociones, perfumes vaginales.
La lubricación de la mucosa vaginal puede realizarse de forma natural, a través del aporte de ácidos grasos esenciales Omega 3, Omega 6 y Omega 9, presentes en determinados aceites vegetales vírgenes, pero resulta fundamental que los aceites vegetales sean auténticamente obtenidos en frío (sin calentamiento) puesto que de esta forma se conserva intacta su estructura molecular, lo cual los hace especialmente biodisponibles y potentes regeneradores celulares de piel y mucosas, además de contribuir significativamente a disminuir el picor. Algunos ejemplos de ellos son: el aceite virgen de argán, rosa mosqueta, aguacate y nuez de albaricoque. Además los aceites así obtenidos, conservan su contenido vitamínico y su fracción insaponificable portadora de activos de acción antiinflamatoria, antioxidante, y antimicótica. Los aceites vegetales con riqueza en carotenoides, potencian también la regeneración de las mucosas (aguacate, rosa mosqueta etc.).
Existen además aceites esenciales con propiedades regeneradoras, antiinflamatorias, calmantes y que contienen fitoestrógenos, que son compuestos químicos, que se encuentran en determinadas plantas similares a los estrógenos humanos, y con acción similar (efecto estrogénico), que contribuyen a controlar y regular la sequedad vaginal asociada a la menopausia o climaterio, y consecuencia de alteraciones hormonales. La sinergia de todos estos fitoactivos aceites vegetales vírgenes más aceites esenciales a demostrado su eficacia, aunque los resultados requieren un tratamiento mínimo de 28 días, en los que conseguimos progresivamente una acción desde el interior, a través de la regeneración y un aumento de la lubricación vaginal. Resulta importante huir de los agentes peliculantes como la parafina (nombre inci: paraffinum liquidum o petrolatum) ingrediente principal de la vaselina y muchos cosméticos. Puesto que como su nombre indica solo proporciona una película, que no soluciona el problema de sequedad puesto que no ejerce acción alguna sobre la regeneración de la mucosa vaginal, potenciándose el problema con el uso habitual.