diente de león

Diente de león

¿Qué niño no ha soplado sobre estas bolas blandas y peludas que llenan los prados y que contienen las semillas del diente de león? Estas semillas con su paracaídas “de algodón” vuelan a grandes distancias colonizando nuevas y lejanas tierras. HOY ESTÁ PRESENTE EN LOS CINCO CONTINENTES.

Nombre Botánico: Taraxacum offi cinale Weber
EUSKERA: Sorgin-belar, txuntxumela. GALLEGO: Dente-de-leao, taraxaco. CATALÁN: Dent de lleó, lletsó. INGLÉS: Dandelion. FRANCÉS: Pissenlit. ALEMÁN: Kuhblume. ITALIANO: Dente di leone. PORTUGUÉS: Dente-de-leao. FAMILIA: Asteracea / Compuestas.

DESCRIPCIÓN.- Planta herbácea vivaz, anual, con raíz nabiforme, gruesa, corta y carnosa y roseta de hojas basales. Sus hojas son lanceoladas, sin peciolo, con una nervadura central y dentadas puntiagudas (origen del nombre de la planta). El tallo es hueco y alcanza los 20-25 cm., en cuyo extremo se agrupan las flores de un color amarillo dorado, liguladas y con el cáliz velludo. Florece desde principios de primavera hasta finales de verano. Tras su floración la cabezuela se  transforma en una esfera algodonosa de aquenios con vilano, un paracaídas de pelo, desde el cual las semillas son transportadas por el viento. Toda la planta está recorrida por lacticíferos con un látex blanco no tóxico.

PARTES UTILIZADAS.- Se utilizan las hojas y la raíz.
HÁBITAT.- Está ampliamente difundida por todos los continentes. Crece fácilmente desde la orilla del mar hasta los 2000 metros de altitud en márgenes de caminos, campos y prados. Sobre todo en jardines donde es considerada una mala hierba por los jardineros.
RECOLECCIÓN.- Las hojas recolectadas antes de la floración y la raíz principalmente recolectada al final de la primavera (mayo-junio), época en que es más rica en látex, o en otoño hasta principios del invierno, cuando la cantidad de inulina es máxima. Las hojas se secan a la sombra y las raíces al sol.
COMPONENTES PRINCIPALES.- Las hojas tienen como principios activos principales flavonoides, lactonas sesquiterpénicas, fitosteroles, potasio, enzimas y vitaminas A (más cantidad que una zanahoria), B, C y D.

La raíz posee inulina, aproximadamente un 40% en otoño o finales del verano, bajando esta concentración hasta el 2% en primavera debido a que utiliza esta reserva para la producción de nuevas hojas. También se encuentran esteroles, ácidos grasos, sales potásicas, tiamina, lactonas sesquiterpénicas, vitaminas A, B, C y D, así como azúcares, con un 18% de fructosa en primavera en lugar de la inulina, etc.

PROPIEDADES Y ACCIÓN.- El diente de león destaca por sus propiedades diuréticas, depurativas y por su acción COLERÉTICA y COLAGOGA sobre la vesícula biliar. El efecto diurético es muy potente comparado con otras especies vegetales e incluso con respecto a la furosemida. Esta fuerte acción diurética se debe a la riqueza en potasio del diente de león (4,25%), tres veces superior al hallado en otras plantas diuréticas. Por otro lado al aumentar la diuresis se favorece la eliminación de sustancias de desecho que intoxican el organismo dando como resultado efectos depurativos y desintoxicantes de la sangre. También se recomienda el diente de león como diurético para ayudar en regímenes de control de peso, existiendo estudios que atestiguan este efecto. Por último esta actividad diurética evita la parición de piedras en el riñón. La acción estimulante de la función hepática y la vesícula biliar como colerético (aumenta la producción de bilis) y colagogo (favorece el vaciamiento de la vesícula biliar) lo hacen muy recomendable en casos de problemas hepáticos y biliares, tales como: disquinesia hepato-biliar, insuficiencia y congestiones hepáticas, cirrosis, litiasis biliar, etc. Puede llegar a triplicar la producción de bilis desintoxicando y facilitando sus funciones.

Entre las propiedades principales del Diente de León cabe destacar su acción estimulante de la función hepática, y sus virtudes como diurético. En casos de colelitiasis (cálculos en la vesícula) mejora el funcionamiento vesicular aunque no es capaz de disolver dichos cálculos. Tiene cualidades como aperitivo y tónico amargo digestivo, siendo recomendable para la falta de apetito y las dispepsias estomacales, así como la resaca del alcohol. Sus propiedades depurativas le hacen muy útil para uso tópico en la mejora de la piel. Es adecuado en casos de acné, eczemas, forúnculos, etc. Incluso en la celulitis se pueden notar sus efectos. La última propiedad que hemos de subrayar de esta planta es como laxante suave, sin irritar el intestino, especialmente en casos falta de peristaltismo intestinal.

CONTRAINDICACIONES.- Obstrucción del conducto biliar. En casos de oclusión intestinal con dolor. Si existen cálculos biliares abstenerse sin supervisión profesional.
INTERACCIÓN CON MEDICAMENTOS.- No se han descrito interacciones
MODO DE EMPLEO.- Es preferible tomarlo antes de las comidas y durante un mínimo de 4 a 6 semanas.
INFUSIÓN: (4-10 gr. Por día) 1 cucharada sopera por taza. Tres tazas al día.
TINTURA: (1:5 en alcohol al 45%) 10 ml. 3 veces al día.
EXTRACTO FLUÍDO: 40 a 60 gotas repartidas en 3 o 4 veces al día.
DECOCCIÓN: Una cucharada sopera por taza, hervir dos minutos. Tomar 3 tazas al día.
EXTRACTO SECO (5:1): De 0,5 a 2 gr. al día repartidos en 2-3 tomas.
POLVO: 1 gramo por toma tres veces al día.

Estas recomendaciones de uso son genéricas y están siempre sujetas a las indicaciones del laboratorio fabricante o profesional de la salud. Últimamente está teniendo mucho interés para prescriptores y pacientes los PHYTOGRANULOS con extractos secos estandarizados que por su galénica de liberación controlada ofrecen comodidad y seguridad así como eficacia en los tratamientos.

 

Un poco de historia

El diente de león no fue conocido por los griegos ni por los romanos. Fueron los bárbaros, aparentemente, quienes lo trajeron al sudoeste de Europa. En el siglo X los médicos árabes fueron los primeros en declarar que el diente de león aumentaba la producción de orina. En el siglo XVI varios médicos y fitoterapeutas como Leonard Fuchs recomendaban el diente de león como astringente para detener las diarreas, como estomacal, para favorecer la menstruación y como diurético. En 1546 Bock ya menciona las propiedades diuréticas y depurativas del diente de león.

Debido a las “exageraciones” de los fitoterapeutas de la época, como Nicholas Culpeper (lo recomendaba para “cualquier indisposición del cuerpo”), la reputación
medicinal de esta planta se extendió de forma amplia. Los primeros colonos que llegaron a Norteamérica lo introdujeron y los indios lo adoptaron rápidamente como tónico. Se incorpora a la farmacopea de Estados Unidos desde 1831. Font i Quer en la página 47 del tomo V de su “FLORA ESPAÑOLA” menciona al diente de león de esta manera: “gozan las hojas y raíz de uso en medicina, todas sus partes son amargas y llenas de zumo lechoso. Toda la planta es refigerante, detersiva (depurativa), aperitiva, vulneraria y febrífuga y tiene reputación de ser una de las principales drogas hepáticas. Se toma en infusión, decocción o zumo recién exprimido, y la decocción de las hojas es diurética y el zumo libera los riñones y vejiga de piedras. También se puede comer en ensalada con aceite y azúcar.”

Sin embargo, no ha sido hasta inicios del siglo XX en que ha sido ardientemente reconocida. Tanto es así que se denomina “Taraxacoterapia” toda terapeútica que se realiza con el diente de león o taraxaco.

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