ANTIAGE

Programa antiage – Envejecer con salud

Desde mi punto de vista no existen realmente las terapias “antiaging”, ya que hagamos lo que hagamos seguimos envejeciendo. No obstante desde la naturopatía si existen determinadas terapias, relacionadas fundamentalmente con el estilo de vida y el modo en que nos alimentamos, que sí pueden retrasar el envejecimiento, o al menos conseguir que este no se asocie a un deterioro excesivo de la salud.

Mantener una apariencia saludable debe ser el resultado de un envejecimiento saludable. Es decir, si estamos sanos, tendremos un buen envejecimiento, entendiendo por buen envejecer hacerlo al ritmo de la naturaleza. En seguida nos damos cuenta de que una persona enferma envejece mas rápido, y de forma más acusada que una sana. Por lo tanto, si queremos envejecer bien, es preciso mantenerse sano… o hacer trampas (cirugía, medicaciones, etc.). La excesiva preocupación de nuestra sociedad por la apariencia externa provoca que se busque esta “juventud eterna”, sin tener en cuenta que si bien la cirugía y otros métodos de mejora estética generan una apariencia de más juventud, lo cierto es que interiormente se sigue igual de viejo.

Es como algunos alimentos transgénicos, bellos por fuera y podridos por dentro, con todas las salvedades que se quieran poner. Un Programa Antiage incide en el interior y trata de evitar el envejecimiento retrasando el desgaste del organismo. Dentro de este programa antiage (que realmente supondra para muchos un cambio en su estilo de vida), estará el adoptar hábitos de alimentación, ejercicio, etc., que minimicen la producción de los radicales libres, principales responsables del envejecimiento.

 

¿Cuáles serían la bases de este modo de vida “antiaging”?

En primer lugar es muy importante tener una actividad física diaria y constante, evitando el sedentarismo, pero realizando un ejercicio moderado. No es recomendable hacer ejercicio físico fuerte, ya que el cuerpo sufre con ello un desgaste (sobre todo a partir de cierta edad podemos dañar el sistema locomotor). Esta premisa es básica, ya que uno de los deterioros mas importantes sucede cuando nos pasamos en el ejercicio y no se pueden expulsar debidamente las toxinas que este genera, produciendo un aumento de la oxidación del organismo.

Además, determinados deportes en los que el cuerpo adquiere un volumen muscular excesivo, tienen el inconveniente de que, al dejarlos, el organismo intentará mantener ese volumen rellenándolo de grasa. Y sin embargo, es preciso y recomendable hacer ejercicio diario, pero siempre será moderado y adaptado a las necesidades del individuo.

El segundo punto es la nutrición. Si no se sigue una dieta adecuada y personalizada, lo más probable es que las toxinas oxiden el organismo y provoquen el envejecimiento prematuro. En España, la dieta mediterránea es altamente antioxidante, lo que nos puede ayudar en este punto. Se recomienda en general que esta pauta alimenticia se establezca antes de los 40 años.

Está demostrado que una ingesta excesiva de calorías no solo provocará sobrepeso, sino un envejecimentos prematuro de todos los sistemas del organismo. Una dieta “antiaging” debe consistir en pocas cantidades muy bien equilibradas, de unas 1800 calorías diarias aproximadamente (los pueblos de Asia, que comen poco en general, suelen ser longevos). Hacer 5 comidas diarias, y la cena debe ser frugal.

En realidad, esta dieta está basada en los antiguos programas de “sub-nutrición” (que nada tiene que ver con la desnutrición, todo lo contrario), en los que se controlan. Esta terapia puede ser interesante también para adelgazar, si el sobrepeso tiene como causa un exceso de calor interno, que se manifiesta con piel reseca, cansancio excesivo y facilidad para caer enfermo. Por otro lado, tenemos que establecer nuestra dieta de modo que los alimentos que ingerimos nos aporten todas las vitaminas, minerales, y oligoelementos que necesita nuestro organismo para funcionar de forma óptima.

Las vitaminas de grupo A podemos encontrarlos en el pescado azul, la leche y vegetales (de color naranja, sobre todo). Las vitaminas del grupo C, se encuentran fácilmente en los cítricos y vegetales, y la del E en el aceite de oliva, frutos secos, maíz, melón, germen de trigo y aceite de girasol.

La mayoría de los minerales necesarios, como cromo, zinc, selenio, etc., podemos encontrarlos en carne, mariscos, leche, cereales integrales, y verduras. Los más poderosos antioxidantes son los flavonoides, unos polifenoles que colorean los vegetales, y aparecen en el vino, té verde, verduras y frutas (sobre todo las rojas, como la cereza, guindas, arándano rojo, fresa, remolacha, zanahoria, granadas, tomates, etc.).

Tanto la fruta como la verdura, deben ser de temporada, ya que fuera de temporada no tienen todos sus nutrientes a punto. El agua y los zumos, etc., es decir, los líquidos, no pueden faltar en la alimentación ya que son los elementos que permiten que gran cantidad de toxinas sean más fácilmente eliminadas. Cuando hablamos de zumos no deben ser los envasados, sino los preparados al momento, que evitan la formación de arrugas, estrías, etc. manteniendo la piel joven, bonita y luminosa.

Por último, los productos blancos (sal, azúcar, leche animal, harinas blancas, etc.) deben desecharse de este tipo de alimentación. La dieta puede completarse con el uso de complementos alimentarios, que ayuden a mantener el nivel de oxidación más adecuado. Existen hoy en día suplementos alimenticios que pueden adquirirse en farmacias y herbolarios, preparados para todos los gustos (más adelante en este especial encontrará el lector información detallada sobre los mismos).

Puede ser preciso suplementar minerales, oligoelementos, vitaminas y antioxidantes. Si la dieta general es correcta, estos suplementos pueden tomarse en pocas cantidades, peor si la dieta tiene carencias, deben suplementarse específicamente. Los suplementos habituales de la dieta antiaging suelen ser las vitaminas C, E y A, así como el magnesio, el cromo y el selenio.

Hay que tener en cuenta que el programa debe ser personalizado; es preciso hacer análisis de sangre, hormonas, revisión de órganos internos y ADN, para saber cuales son las carencias del organismo, ya que una suplementación errónea o excesiva también puede ser perjudicial. El tercer pilar de la terapia antiaging se centraría en procurar un equilibrio emocional, y mantener nuestra mente en forma. Mantenerse sano significa a su vez usar nuestras potencialidades y vivir acorde con nuestra propia naturaleza, y en ella no deberían entrar la ambición, la competitividad, la angustia, la ansiedad y las preocupaciones,… En una palabra, no deberían entrar los excesos… ni los defectos (entendiendo por defectos la falta de impulso), o sea ni “pasarnos“ni “quedarnos cortos”.

Las explosiones emocionales; de agresividad, alegría, tristeza, temor, indecisión, etc., aparecen como una reacción incontrolada que satura el organismo de mensajes químicos que lo descompensan, y que ponen en jaque al sistema inmunitario, debilitándolo tanto como las agresiones externas. Esto no quiere decir que debemos reprimir las emociones, sino que debemos vivirlas en su justo término, ser dueños de ellas y no sus esclavos, que es lo que habitualmente nos sucede.

Las preocupaciones y tensiones diarias no deben inducirnos respuestas que se vuelvan incontrolables, como cuando no podemos quitarnos de la cabeza ideas, pensamientos, imágenes, etc. que nos perturban. Todo ello incita la aparición de toxinas, que oxidan y empobrecen el organismo. Lo que llamamos “inteligencia emocional”, que no es más que la capacidad para identificar y gestionar nuestras propias emociones, es una de las mayores armas antiedad que poseemos. También hay que tener en cuenta que para mantener la mente joven es imprescindible que esta esté activa. Independientemente de las enfermedades degenerativas del cerebro, una mente que no afronta nuevos desafíos se “oxida”, como le sucede al cuerpo con la falta de actividad física. Aprender cosas nuevas (activar la memoria), leer, conversar, realizar pequeños cálculos, y en general todas las actividades artísticas (pintar, escuchar o tocar música), previenen el envejecimiento mental y la pérdida de conexiones neuronales, además de mejorar la calidad de vida y las relaciones personales de quienes las practican.

Una persona intelectualmente activa mantendrá una mente joven a pesar de la edad. Resumiendo, la salud debe ser contemplada desde el punto de vista físico, emocional y mental, y no sólo desde el punto de vista físico, que es como generalmente se la entiende. Un verdadero programa antiaging, debe tener en cuenta estos tres niveles de la persona: físico, nutricional y mental. Y cuanto más equilibrio y armonía existan entre ellos, más posibilidades de envejecer lentamente y con salud tendremos.

Recurrir a otros medios “artificiales” no es razonable, ya que lo que pretendemos es mantener en forma a la persona en conjunto, no únicamente su “capa externa”. El cuerpo necesita del ejercicio físico y mental, y una nutrición equilibrada, para mantenerse joven, fuerte y saludable, sin excesos ni carencias. Finalmente, en una terapia antiaging es obligatorio dejar de lado el estrés, el tabaco y el alcohol. Por tanto, el mejor modo de evitar la oxidación molecular que los radicales libres provocan es vivir una vida más ordenada, que hoy por hoy no es fácil en el mundo en que vivimos.

 

Buenas costumbres

6 consejos antiedad, para hacer a diario:
√ Tomar un vaso de agua templada con limón todas las mañanas.
√ Tomar cereales integrales en el desayuno.
√ Tomar una naranja al dia.
√ Pasear media hora diaria.
√ Hacer ejercicio (menos cantidad cuanto mayor sea la intensidad), a ser posible uno que nos resulte placentero, así segregaremos endorfinas que controlan los radicales libres que causan el envejecimiento.
√ Dormir 8 horas y hacer siestas de 20/30 minutos.

 

¿Somos longevos?

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la esperanza de vida de los españoles supera por primera vez los 80 años, lo que significa que en la actualidad, un bebé que nazca en España tendrá la oportunidad de vivir una media de 80,23 años.

Este hecho nos sitúa entre los más longevos de Europa. No obstante, la esperanza de vida varía según el sexo; las mujeres viven una mediana de 83,4 años y los hombres llegan a cumplir los 76,9 años.

 

Dieta Antiage

Una dieta antiage, incluiría este menú una ó dos veces por semana:

Desayuno: Té verde, fresas, cerezas, o arándanos (todos probados antioxidantes), + Un yogur con germen de trigo.
Media mañana: Zumo de zanahoria o de granada, o 6 nueces.
Comida: Ensalada de soja, perejil, acelgas, (o espinacas) y queso de oveja o cabra, con aceite de oliva. + Pavo plancha + Fresas.
Media tarde: kéfir con cereales, o té verde y arándanos.
Cena: Pescado (boquerones, sardinas, caballa, etc.) con verdura hervida y aceite de oliva + Kéfir con miel ó fresas/cerezas.

2 comentarios en «Programa antiage – Envejecer con salud»

  1. Me encantan todos los temas relacionados con la salud, me gusta hacer una vida saludable, y cada dia aprender un poquito más sobre alimentación y ejercicio, es el mejor método para evitar la oxidación y mantener el equilibrio mental, casi cada dia voy al gimnasio y la piscina, también me gusta caminar.

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