Hoy celebramos el Día Internacional del Medio Ambiente, a sólo cuatro días de que Donald Trump decidiera abandonar el Acuerdo de París para la lucha contra el cambio climático y actualmente son tres los países del mundo que no lo ha firmado.
En su obra negra “Saturno devorando a un hijo” Goya hace emerger de la oscuridad un monstruo, de ojos desorbitados, que cruel y sin piedad, devora a un niño. El horror nace del acto de poder que ejerce Saturno sobre el hijo indefenso. Una visión que puede retratar la parte más oscura del Ser Humano.
Goya retrata una historia, la de una de las formas de poder que nace de la relación desigual entre un dios y una criatura indefensa. La misma relación que se puede dar entre dos entidades cualquiera (que pueden ser personas, empresas, gobernantes, estados…).
El retrato de Goya es totalmente actual. Es evidente la asociación que podemos hacer de esta idea con el indefenso planeta en el que habitamos y con algunas formas de poder devoran el futuro y la calidad de vida de la humanidad. No es un banquete sangriento, pero es igualmente cruel, en especial para quienes reflexionan.
El poder de algunos gobernantes les permite tomar decisiones que afectan a las personas, al planeta y a nuestro futuro. El poderoso Donald Trump ha decidido renegar del Acuerdo de París sobre el cambio climático, uno de los problemas más inquietantes para la humanidad. Parece que ahora vuelve a pensar que es un engaño. La era tenebrosa del poder de Trump se acelera.
Nacho Martínez, paleontólogo, en una conferencia señalaba que “es la trayectoria la que define la historia”. Que en nuestra evolución, hace unos dos millones de años, Homo habilis improvisaba, vivía el día a día, su futuro dependía de la fortuna. Pero todo cambió con el Homo erectus (ergaster). Este tenía la capacidad de planificar, hizo algo que es característico del ser humano, y que se plasma en una idea: el futuro hace el presente. Visualizar el futuro determina las acciones del presente.
No vamos a valorar lo que ve Trump, entre otros, ni cual es el futuro que imagina y le lleva a tomar las decisiones que con su poder toma. O si sencillamente improvisa en base a como se levanta una mañana cualquiera… lo que importa es, qué podemos hacer para que cada uno de nosotros reflexione y visualice el futuro que desea y actuemos hoy para conseguirlo.
Recordemos el antiguo refrán Indio:
“La Tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos”
Trabajemos para no perder la perspectiva..
Fuente: Cultivar Salud