La diabetes es por definición una hiperglucemia crónica (nivel de glucosa en sangre alto, >126 mg/dl en ayunas) que bien puede deberse a un defecto en la secreción de la insulina o de la acción que ésta ejerce sobre los tejidos. La diabetes agrupa una sintomatología que va desde el aumento del número de micciones, incremento del apetito y de la sed, visión borrosa, cansancio y pérdida de peso. Aunque debemos diferenciar entre dos tipos de diabetes que existen, las personas con mayor probabilidad de sufrir una diabetes sobre todo la tipo 2, son aquellas que superan los 45 años aproximadamente y que acarrean además problemas de sobrepeso u obesidad, antecedentes familiares de diabetes, hipertensión arterial, hipercolesterolemia hipertrigliceridemia y madres que hayan sufrido diabetes gestacional.
IMPORTANCIA DEL CONTROL DE LA DIABETES
Nuestro organismo necesita glucosa y esta se obtiene al degradar o digerir los alimentos ingeridos en la dieta. Las células apresan las moléculas de glucosa que circulan por la sangre para quemarlas y obtener energía. La glucosa para entrar en las células y servir de combustible necesita de la insulina.
En los diabéticos la insulina disminuye por lo que la glucosa se queda en sangre, esto es nocivo para la salud y a la larga produce problemas de visión, piel y órganos internos. Pero una disminución de azúcar o hipoglucemia puede inducir a un coma hipoglucémico, por este motivo es fundamental controlar con la dieta el nivel de glucosa o azúcar que está llegando a la sangre después de cada comida y transformar o digerir los alimentos en glucosa.
Es importante que una vez detectada la enfermedad, el paciente tenga total control de la misma para que de este modo, pueda aliviar sus síntomas, conseguir una buena calidad de vida tanto en los aspectos personal, laboral y social y por supuesto lograr y mantener un adecuado control metabólico que prevenga las posibles complicaciones.
TIPOS DE DIABETES
TIPO-1, esta diabetes es la que se conoce también como insulindependiente ya que la administración de insulina es la parte fundamental del tratamiento. Ocurre bien por algún proceso autoinmune o por causas desconocidas, pero igualmente, terminan por destruir las células del páncreas que son las encargadas de liberar la insulina, produciéndose así, un déficit de secreción de esta hormona.
TIPO-2, la diabetes tipo 2 se da cuando existe una disminución de la liberación de la insulina y que además puede cursar con que, en mayor medida, los tejidos que necesitan captar la insulina no puedan hacerlo. Además de esto, el 50% de los afectados, presentan alguna complicación (problemas cardiovasculares e hipertensión, problemas oculares y renales, etc.)
TRATAMIENTO
Independientemente del tipo de diabetes, es importante que el tratamiento sea individualizado o personalizado; también es imprescindible analizar la capacidad del paciente de adaptarse a dicho tratamiento; valorar el riesgo de sufrir hipoglucemias graves. Diabetes 1 o insulindependiente: Combina dieta, ejercicio físico regular y por supuesto la administración de pautas de insulina que recreen la secreción normal tal y como lo haría nuestro organismo.
La dieta debe ser equilibrada, repartida en seis tomas (desayuno, media mañana, comida, merienda, cena y recena) y cuya composición en cuanto a grasas y proteínas debe ser similar a la de una persona sana. Los hidratos de carbono, preferentemente complejos y ricos en fibra y cuyas raciones se adapten a las pautas de insulina y al ejercicio físico.
Finalmente, tanto las pautas como el tipo de insulina las recetará el médico en función de los datos que anteriormente hemos comentado.
Diabetes 2:
En este caso el tratamiento tiene que corregir todas las complicaciones asociadas. Por eso mismo se basa en la dieta y en la educación diabetológica. La dieta ha de ser también equilibrada y personalizada en cuanto al sexo, edad, actividad física y posibles problemas asociados (colesterol, hipertensión, etc.).
En cuanto a su composición también similar a la de personas no diabéticas pero teniendo en cuenta que debe controlarse la cantidad de colesterol diario, ha de ser rica en vitaminas, minerales y antioxidantes, también rica en fibra, controlar la sal en caso de hipertensión y utilizar edulcorantes como sacarina, ciclamato y aspartame.
Es importante realizar ejercicio aeróbico (andar, correr, bicicleta…) regularmente sobretodo si existe obesidad, pero es importante realizarlo con programa adecuado. En el caso de que la hiperglucemia no se controle únicamente con la dieta, será necesaria la administración de antidiabéticos orales en forma de pastilla.
ALIMENTOS ADECUADOS PARA DIABÉTICOS
– Alimentos que contienen azúcares que el organismo absorbe poco a poco. El nivel de azúcar en sangre se mantiene mas bajo y constante que cuando se ingieren alimentos que liberan rápidamente sus azúcares: legumbres, cereales integrales, frutas (manzana, pera).
– Alimentos que impiden la asimilación rápida de los azúcares, son ricos en fibras solubles, que retardan la absorción de azúcares y contribuyen a la eliminación del colesterol: avena, pasta, patata.
– Alimentos que estimulan la producción de insulina. Alimentos ricos en zinc, magnesio ó cromo: apio, espárragos, judías, espinacas, germen de trigo, levadura de cerveza.
– Alimentos ricos en proteínas y bajos en grasas. Disminuyen el colesterol y el peso, lo que disminuye el azúcar en sangre: tofu, queso soja, pollo, pavo, lácteos desnatados, verdura y hortalizas.
– Alimentos ricos en ácidos grasos omega 3. Disminuye el colesterol y mejoran la circulación: pescado azul, semillas de linaza.
ALIMENTOS DESACONSEJADOS PARA DIABÉTICOS
– Alimentos con azúcares de rápida absorción: caramelos, pastas , golosinas, bebidas azucaradas, chocolate o dulces, uvas, dátiles, frutas secas, frutas en almíbar ó enlatados. (En el tipo I, pueden emplearse en caso de hipoglucemias.)
– El consumo excesivo de fruta.
– Alimentos ricos en grasas animales o vegetales saturadas, aumentan el colesterol y la obesidad: carnes grasas, embutidos, salchichas, leches enteras o derivados.
– Alimentos especiales para diabéticos. Limitan el abanico de alimentos y tienen un elevado contenido en grasas.
– Alimentos ricos en sal. Tienen mayor predisposición a la HTA (hipertensión arterial).
RECOMENDACIONES GENERALES
– Limitar el consumo de dulces, azúcar, caramelos, bollería, grasas. Sustituir por edulcorantes.
– Comer frecuentemente.
– Cuidar cuando y cuanta cantidad de Hidratos de Carbono se consumen.
– Consumir grandes cantidades de alimentos de gano entero, frutas y vegetales.
– Reducir la ingesta de grasas.
– Limitar el consumo de alcohol (bloquea la producción de glucógeno).
– Si una comida se le retrasa inevitablemente necesita prevenir una reacción hipoglucémica usando azúcar de acción rápida o comiendo un snack como una fruta.
– Si tienes comidas extra, va a necesitar aumentar el nivel de actividad física ó ajustar la insulina (tipo 1).
– El aporte calórico debe ser acorde a una dieta equilibrada.
– Debería de modificar el reparto de calorías según los alimentos.
– Consumir fruta 2/3 veces al día y preferiblemente durante el día, no en la cena.
– 3 raciones de pasta, arroz, pan, patatas, cereales y harinas al día. 1 ración 100 gr de patata = 60 gr de pan = 30 gr de cereal.
– Variedad de verduras y hortalizas, cocinadas y frescas.
– Carnes preferiblemente blancas, de ternera y caballo.
– Pescado fresco o congelado pero no enlatado.
– Lácteos y derivados desnatados.
– Actividad física y caminar o pasear después de comer.
– 5 comidas ligeras al día.
PARA LOS INSULINODEPENDIENTES
– Siempre llevar caramelos o terrones de azúcar.
– Síntomas de sudoración, temblores ó calambres musculares, pitidos en el oído, pérdida de fuerza ó de visión.
– Comer a la misma hora todos los días para adaptar la ingesta de alimentos a las dosis de insulina.
– Evitar alimentos que aporten azúcares simples: bollería, dulces, pasteles, tocino de cielo, flan…
Y preferir aquellos que aporten azúcares complejos (pan, harina, patata, cereal, arroz, legumbres…)
– El pan y las patatas tienen un mayor indice glucémico, su azúcar se absorbe mas rápido
– Evitar la miel , la jalea , gelatinas dulces, caramelos…
– Evitar bebidas gaseosas , colas , zumos comerciales y otros refrescos
– Cuando ingerimos alimentos con un indice glucémico muy elevado, el nivel de glucosa en sangre aumenta, y esto hace que se segregue insulina en cantidades elevadas.
Como las células no pueden quemar glucosa, el metabolismo de las grasas se activa y la glucosa se transforma en grasa, que se almacenará en el tejido adiposo. Tras 2-3 horas la insulina que habíamos segregado consigue utilizar la glucosa y entonces pasamos a un estado de hipoglucemia y sentimos la necesidad de comer.