Estamos inmersos en unas fechas muy señaladas marcadas por innumerables celebraciones en las que nos reunimos con la familia y amigos para festejar. Las tradiciones son muy enriquecedoras si realmente las honramos de forma sencilla, con corazón y consciencia; pues nos ayudan a unirnos un poco más a todos los de nuestro entorno y reforzar lazos de amor y amistad. Para mí, esto es lo más importante en una Navidad consciente, aunque algunos se empeñen en poner en el centro de atención a la comida y bebida en cantidades excesivas.
Supongo que si nos encontramos vacíos internamente, sin un trabajo diario para fomentar nuestra paz y armonía interior, desearemos encontrar estímulos externos que compensen esta carencia. Y entonces nos encontramos con una sobrecompensacion de factores externos: regalos, comida y bebidas que nos ayudan a tapar lo que realmente necesitamos: calidad de vida, estabilidad emocional y conexión interior.
La comida física, es tan solo para nuestro cuerpo físico, y éste funciona muchísimo mejor si le damos a diario alimentos muy simples y naturales, cocinados con entendimiento energético y sentido común. Cada alimento y bebida nos genera una energía y efecto particular. Si tomamos alimentos y bebidas de efectos extremos, estaremos fuera de nuestro centro, y esto lo que la mayoría de las personas se empeñan en hacer en las fiestas. Y, ¿por qué deseamos estar fuera de nuestro centro, de nuestro equilibrio, evadirnos por unas horas de nuestra vida? Para luego volver y sentir los efectos de una resaca o de una indigestión. ¿Vale realmente la pena? ¿Nos gusta tan poco nuestra vida que necesitamos salir de ella?
Tenemos que aprender a amarnos, a entender que somos las personas mas importantes de nuestra vida, a colocarnos con sencillez y humildad, los primeros en nuestra vida. ¡Nadie lo va a hacer por nosotros! El consumo de alimentos simples y naturales, no está reñido con la confección de platos suculentos, sabrosos y coloridos. Con simplicidad, creatividad, color, formas y sabores diferentes puedes sorprender muy agradablemente a tus invitados. Además, pueden incluso maravillarse de que con esta cocina, no se sufren los efectos de pesadez o digestiones difíciles, de horas de acidez, somnolencia y un estado letárgico que muchos experimentan en los días de las comilonas familiares navideñas, sin mencionar los kilitos de más que siempre se cogen. Para que una comida social sea un éxito, hay que integrar:
• Los colores, que se perciba vistosa y atractiva.
• Los sabores (ácido, picante, DULCE de las verduras, salado y amargo de variedad de ensaladas y verduras verdes).
• Las texturas (blanda, crujiente, seca y húmeda).
Ahora que en casa ya hemos conseguido comer más sano a diario, con más verduras e ingredientes naturales, ¿cómo los vamos a integrar a una cocina festiva para amigos y familiares? ¿O pensamos de nuevo volver a los platos convencionales para no tener que comentar temas de los que todavía nosotros no estamos seguros? La mayoría de los ingredientes de una cocina festiva no varían a los de cada día. Puede que utilicemos algunas verduras más sofisticadas, pero lo primordial es la presentación, el colorido, los sabores, las texturas, la variedad que hacen de cualquier comida, en cualquier día del año, una experiencia única.
A continuación daremos ideas para ello. Algunas sugerencias para poder comer fuera de casa en estas fiestas tan entrañables:
1) Si hemos cambiado de forma de vida, ¿por qué no comunicarlo a nuestra familia y amigos, para que así no tengamos que sentirnos cohibidos y ellos puedan ofrecernos alimentos que podamos disfrutar? Seguro que ellos lo respetan sin problemas.
2) Tener en cuenta que LA CANTIDAD CAMBIA LA CALIDAD. No es necesario ser fanáticos de nada, ni llevarnos nuestro arroz integral a cada fiesta. Podemos comer pequeñas cantidades y seleccionar de lo que hay en la mesa.
3) Nadie nos obliga a nada. Como adultos, podemos muy bien declinar con amor, agradecimiento y gentileza lo que consideremos innecesario en aquellos momentos. El pasarlo bien no está relacionado con la comida física, es otra clase de alimento mucho más profundo, un vínculo de corazón a corazón, ¡que hay que cultivar y compartir!
Si somos nosotros los que invitamos, deberemos tener en cuenta:
1) NO PASARNOS TODO EL DÍA COCINANDO. No deseamos estar tensas y cansadas en el momento en que todos llegan.
2) INTENTAR OFRECER A NUESTROS INVITADOS COMIDAS QUE SABEMOS QUE TAMBIÉN LES VAN A GUSTAR. Podemos optar por algún plato de pescado, variedad de ensaladas, patés para picar, etc.
3) NO HACER EXPERIMENTOS NUEVOS. Cocinaremos lo que ya conocemos o lo probaremos de antemano.
4) PLANEAR EL MENÚ CON ANTELACIÓN.
5) NO EMPEZAR A COCINAR PARA UNA FIESTA SI ESTAMOS CANSADAS O DE MAL HUMOR. ¡Se transmite a lo que cocinemos!
6) Podemos sorprender a nuestros invitados de muchas formas: comida tradicional, buffet, fiesta con música, pica pica, solo adultos, con niños, personas mayores o donde la mayor parte son jóvenes y adolescentes.
A todos les gusta tener un tentempié al principio de una celebración:
COMIDAS PICA PICA
Son comidas informales, en las que todo el mundo puede probar con libertad lo que les apetece, sin ser el centro de la reunión ni tener el compromiso de terminarlo todo. Podemos optar por variedad de:
• MONTADITOS
• PATES CASEROS con crudités
• CROQUETAS DE PESCADO o con proteínas vegetales
• PINCHITOS CON VERDURAS
• VERDURAS REBOZADAS CRUJIENTES
• BUÑUELOS DE VERDURAS
• TAPAS VEGETALES, como: champiñones al ajillo, escalibada de pimientos, bocaditos de tofu rebozado, queso de tofu, variedad de aceitunas…
• HACER QUICHES DE TOFU
• EMPANADAS DE VERDURAS
• Frutos secos o semillas…
Estas ideas pueden sustituir el típico “entremés de embutidos”. Para beber, se puede hacer un ponche casero, típico de las Navidades, con zumos de frutas para que así, tanto niños como mayores puedan compartir.
LAS COMIDAS TRADICIONALES
Depende de las costumbres que tengamos en nuestra familia, pero incluso el típico caldo de casa, tan tradicional en cualquier día de Navidad, puede elaborarse fácilmente con seitán y verduras.
• Podemos comenzar con alguna crema de verduras: de espárragos, champiñones, apio y maíz, etc. servidas con coscorrones de pan frito.
• O algún consomé vegetal, dándole el toque especial con algunas albóndigas de tofu o pasta, tallarines, etc.
• Los canelones pueden hacerse con seitán o con pescado, o incluso con puerros, acelgas, pasas y piñones.
• El típico rustido, se puede elaborar perfectamente con seitán.
• Podemos ofrecer platos de pescado, como punto intermedio, sin tener que recurrir a cocinar algo que no deseamos.
• Las verduras rellenas, también ofrecen un punto de sorpresa y deleite: alcachofas, tomates, cebollas, calabaza, pimientos rojos, hojas de col, endibias, pepinos, calabacines, champiñones grandes…
• O los paquetitos en “papillot” al horno, con variedad de verduras, pescado, o con proteínas vegetales.
• Las crepes rellenas de pescado, o verduras, con alguna salsa de champiñones, etc. podrían dar el toque especial a la comida.
• Todo ello servido con variedad de ensaladas y crudités, jugando con aliños, vinagretas e hierbas aromáticas frescas, que darán el toque final a una buena ensalada multicolor.
LOS POSTRES
¡Y llegamos a los tan temidos y deseados postres! Sugiero incluir en cada comida festiva algunos postres naturales, elaborados sin azúcares refinados pero con todo el dulzor que necesitamos para dar un punto final a una comida sana y natural. Por ejemplo:
• Frutas enteras al vapor, y regadas con deliciosas salsas calientes: al café, con avellanas, de algarroba, a la vainilla, etc.
• O cocidas con mosto, canela, jengibre, clavo o vainilla, etc.
• Turrones de semillas, frutos secos…
• Frutas rellenas (dátiles, orejones, peras, etc.) de mazapán casero.
• Tartas de frutas multicolores.
• Macedonias de frutas.
• Mousses: café, limón, mandarina, melocotón, manzana, etc.
• Crepes rellenas con compotas naturales de frutas o macedonia, servidas con alguna salsa caliente, decoradas con almendras y piñones caramelizados con melaza de cebada y maíz o miel de arroz… Las opciones son interminables. Si actuamos con naturalidad y con mucho AMOR, poco a poco, estas personas incluso agradecerán los efectos de una comida ligera, sana, apetitosa y festiva. ¡Recuerda que tus invitados también desean verte relajada, sonreír y de buen humor!