Cada curso las madres y padres deben de enfrentarse a ciertos retos relacionados con la salud de sus hijos. Además de los resfriados y las gripes, que cada otoño-invierno circulan por guarderías y colegios, hay otra afección que se suele dar siempre en esta época del año y es bastante común y contagiosa. Sí, lo habéis averiguado, estamos hablando de la pediculosis, los dichosos piojos que persiguen las cabezas de los más peques de la casa.
Se llama pediculosis a la afección cutánea producida por la infestación de piojos. Se localiza fundamentalmente en el cuero cabelludo y sólo afecta a los humanos. Aunque son muy molestos ya que pican e irritan el cuero cabelludo, no transmiten enfermedades ni son peligrosos para la salud. Son unos parásitos muy contagiosos que se pueden propagar rápidamente de una persona a otra, sobre todo en grupos de gente, de ahí que sea muy común que los niños se contagien en la guardería, en el colegio o en otra entidad educativa así como en algún campamento de verano.
La forma de contagio puede ser directa, es decir, de cabeza a cabeza. O de manera indirecta, a través de peines, sábanas, toallas o gorras. Estos parásitos actúan gracias a unas pinzas especialmente adaptadas que les permiten aferrarse y colgarse firmemente al pelo. Suele afectar más a las niñas por la longitud del cabello y el uso compartido de accesorios del pelo. Más vale prevenir que curar… Y es que si tienes hijos con una edad comprendida entre los 3 y 12 años hay una altísima probabilidad de que se contagien de piojos, e incluso una probabilidad mayor aún si son niñas. Y también hay muchas posibilidades de que si no se actúa de manera apropiada acabe toda la familia contagiada.
Es por eso que hablamos de prevención, cosa que no es muy común con el tema de los piojos, y no es de extrañar ya que las soluciones convencionales contienen un alto porcentaje de productos químicos, y por supuesto que nadie quiere llenar la cabecitas de sus hijos de estos productos si no es absolutamente necesario. Además debemos tener en cuenta que el uso reiterado de estos productos ha generado que los piojos creen ciertas resistencias y que no resulten tan eficaces en su eliminación. Las madres y padres buscan otros remedios ya cansados de soluciones poco eficaces. Eliminar piojos con aromaterapia científica resulta ser una alternativa natural, eficaz y segura a los productos de síntesis (piretrinas, malatión).
Eliminar piojos con aromaterapia
Dentro de las propiedades antiinfecciosas de los aceites esenciales debemos tener en cuenta las acciones parasitífugas y las parasiticidas, que nos servirán como repelentes o para el tratamiento de la infestación, respectivamente. Un estudio clínico aleatorizado comparativo muestra que el tratamiento con una mezcla de aceites esenciales de árbol del té y lavanda es más activo que los tratamientos convencionales con piretrinas y butóxido de piperonilo contra los piojos en niños. Además actúan sobre los piojos y las liendres y no se conocen resistencias a estos aceites, ni son irritantes para el cuero cabelludo en las dosis recomendadas.
Gracias a la aromaterapia científica contamos con otras alternativas de carácter 100% natural que puede ser la opción preventiva y curativa menos agresiva, más eficaz y más natural para las cabezas de nuestros hijos (mayores de 30 meses) o para las nuestras propias (excepto mujeres embarazadas y en periodo de lactancia). Hoy en día, contamos con champús creados a base de aceites esenciales que no dañan el cuero cabelludo, que se pueden utilizar con la frecuencia deseada y qué actúan eficazmente protegiendo las cabezas de los niños de estos indeseables y molestos bichitos.