Cada estación comporta energéticamente un cambio, si bien éste no está limitado a las fechas «oficiales» del calendario. Aunque en la actualidad los cambios climáticos pueden ser inesperados, todavía podemos guiarnos por las energías estacionales y aplicar sus principios fundamentales para un mejor equilibrio personal. A medida que se acerca el verano, deberíamos ir adaptando la alimentación en los meses de calor gradualmente. En esta época, todo en la naturaleza está en completa actividad, en pleno auge y desarrollo. También nosotros nos sentimos más abiertos, activos y vivos para poder realizar todos los proyectos pensados durante el invierno. Estamos más sociables y predispuestos para realizar actividades al aire libre.
Necesitamos, muy especialmente, un aporte energético abundante para poder seguir el ritmo de vida fácilmente y compaginarlo con la energía que nos rodea. Hemos de tener en cuenta, no obstante, que, con el calor excesivo, nuestro cuerpo suda, perdiendo una importante cantidad de sales minerales. Nuestra alimentación en las estaciones calurosas debería ser: ligera, colorida, de sabores refrescantes y texturas crujientes. En verano, tomaremos platos simples y apetitosos que, a la vez, nos remineralicen.
Adecuada alimentación en los meses de calor, otoño con energía y más protegidos
La gran variedad de verduras y frutas de la época estival, nos abre un sinfín de posibilidades para nuestra creatividad en la cocina. Si nuestra alimentación se basa fundamentalmente en alimentos con efecto extremo yang, tales como: proteínas animales, grasas y aceites saturados (energía pesada, vibración lenta, genera calor), al llegar el buen tiempo nos sentiremos atraídos por su energía opuesta y, con ello, por un exceso de alimentos de efecto extremo yin, tales como: alcohol, bebidas gaseosas azucaradas, helados, el azúcar, las bebidas frías, los excesos de crudos (ensaladas, frutas, zumos…). Todos estos extremos nos harán perder la alcalinidad que nuestra sangre requiere para un óptimo funcionamiento. No estamos diciendo que no podemos comer ensaladas y fruta de la estación en verano, por supuesto que es la estación de consumir estos alimentos. Pero hay personas que se pasan todo el verano alimentándose solamente de crudos, helados, gazpacho, sangría y frutas…
Un exceso de alimentos que nos desmineraliza durante todo el verano, derivara al final de éste, en una apatía, falta de vitalidad y carencia de energía para empezar los meses del otoño. Podemos oír como la gente se queja de la depresión post-vacacional, es cuando empiezan a surgir resfriados y gripes, cuando el tiempo todavía no es frío… Todo ello es un resultado de la forma que nos hemos alimentado previamente.
También hay personas que se quejan de presión arterial baja, son personas desmineralizadas, y al sudar en verano, y perder mas minerales pueden sufrir lipotimias. El uso a diario de una sopa de miso, consumo regular de algas y evitar todo lo que nos desmineraliza podría ayudar en estos casos. A nivel energético el verano es dinámico y con mucho movimiento, lleno de chispa y vitalidad. Si nuestro cuerpo funciona óptimamente, nos sentiremos llenos de vitalidad y entusiasmo por la vida.
Recomendaciones para los meses de calor:
Energía: ligera, muy activa, de apertura, que remineralice refrescando.
Factores a reducir: fuego, presión, tiempo de cocción, aceite en cocción, harinas y horneados, fritos.
Alimentos aconsejados:
CEREALES: en ensaladas y platos fríos con arroz de grano corto, medio, largo o basmati, cebada, quinoa, pasta integral, mijo con verduras depurativas…
SOPAS: frías o a temperatura ambiente, purés de verduras, purés fríos de leguminosas.
PROTEÍNAS: con preferencia proteínas vegetales. Aunque el pescado cocinado de forma ligera es también recomendable para poder seguir el ritmo de vitalidad y acción.
LAS LEGUMBRES: se pueden presentar en forma de ensaladas, patés fríos, aunque un buen estofado frío también es apetecible en verano. Intentar de no mezclar especies con las legumbres, ni verduras crudas, para que no produzcan gases ni flatulencias.
VERDURAS: de todas las clases y variedades, especialmente las estacionales. Incrementando hojas verdes y ensaladas variadas.
ALIÑOS Y SABORES: experimentar variedad de aliños para completar nuestras ensaladas multicolores. Para prepararlos, usaremos hierbas aromáticas frescas, vinagre de umeboshi, mostaza, ajo, jengibre, cítricos, buena calidad de aceite de oliva o maíz, jugo concentrado de manzana, y sin olvidar un toque de algún condimento salado.
Aunque hay que ir con mucho cuidado cuando, en qué cantidad y con qué mezclamos la especie que usemos. Las especies tienen el efecto de inflamar e hinchar, hay que saberlas usar.
COCCIONES: utilizaremos cocciones rápidas con fuego, como escaldados, hervidos, salteados cortos con agua o aceite, vapor, plancha… Sin fuego, como macerado, prensado, germinados, pickles… Las cocciones rápidas nos darán una energía más activa y más superficial. Aunque en todas las estaciones del año, necesitamos el dulce natural de las cocciones largas de verduras de raíz y redondas.
ALGAS: usaremos las más ligeras, dulce, wakame, nori, lechuga de mar, agar agar, copos de nori, kombu…, en platos que refresquen y de efecto ligero. Es aconsejable incrementar el consumo de algas, ya que al sudar nos desmineralizamos.
ACEITE: un consumo adecuado de aceite es indispensable en cualquier estación. Utilizaremos un aceite de buena calidad para aliños (oliva, maíz…) aunque es importante no excedernos. También usaremos aceite (en cocción) para salteados cortos, rehogados y plancha. También podemos tostar semillas. Las semillas ofrecen un buen aporte de aceite, proteína y grasa. Y su integración en casi toda clase de platos está garantizada. Si en verano, nadamos con frecuencia, debemos incrementar el consumo de sal, aceite y proteína.
FRUTAS: como es lógico, el verano ofrece una gran variedad de frutas de gran sabor y contenido en agua y de energía refrescante. Aunque una alimentación sólo de frutas (Yin), o que contenga un exceso de ellas, nos dejará en pocas semanas muy cansados y con poca vitalidad para seguir el ritmo veraniego. Al mismo tiempo, al crear en nosotros una energía excesivamente Yin, nos sentiremos agobiados por el calor con mucha mayor intensidad. Una de las formas más efectivas para equilibrar la ingesta de fruta cruda, es hacer una ensalada con una o diferentes frutas, añadir una pizca de sal marina y melaza de cereales, mezclar y dejar macerar unas horas.
Otra alternativa muy refrescante es hacer gelatinas de frutas con agar agar, tipo jalea, mousse o sorbetes. Podemos experimentar con batidos de frutas, usando fruta estacional con leches de cereales o de frutos secos (almendra-avellanas…). También podemos disfrutar de la abundancia de fruta estacional, haciendo compotas de ésta fruta. Luego la dejaremos enfriar. Es deliciosa la compota o mousse de sandia, o la compota de manzana y melocotón, o manzanas y frambuesas o frutas del bosque… ¡Hay que probar!
Al aire libre
Que bien poder disfrutar del verano! Poder salir al aire libre, hacer deporte, excursiones, relajarnos al sol, o simplemente tumbarnos en una hamaca debajo de un pino. Cambiar el ritmo de actividades diarias y también nuestra forma de comer. Todo sabe mejor cuando estamos en plena naturaleza, es un regalo que hay que aprovechar. El comer al aire libre nos alegra a todos, hay muchas ocasiones (picnics, barbacoas, almuerzos, meriendas, cenas, fiestas, verbenas, o llevarnos comida para la playa, campo, etc.) aunque su punto común siempre será: crear platos rápidos, con color, sabor, texturas crujientes, que nos refresquen, nos nutran, sin crear pesadez y que nos den la energía necesaria para seguir nuestro ritmo de actividades, generando alegría, apertura, dinamismo y flexibilidad. Hay platos o recetas que son fáciles de trasladar y de comer para picnics:
VARIEDAD DE PATES CASEROS (de garbanzos, lentejas, atún, sardinas, aguacate, remolacha, champiñones, olivas, pimiento rojo, tofú y nueces, etc.
QUICHES DE TOFU (con espárragos y maíz; de champiñones y anacardos; de calabacín y puerros; de cebolla, zanahoria y nueces; de pimiento rojo y olivas, etc.
CROQUETAS o HAMBURGUESAS (de cereales, legumbres, pescado, tofu, tempeh o seitán).
BOCADILLOS con diferentes panes (chapata, pittas, tortas mejicanas, crepes, etc.). Podemos llevar diferentes ingredientes y dejar que los comensales se hagan sus rellenos preferidos: con queso de tofu, pates, pescado ahumado, hamburguesas, aceitunas, aguacate, tofu a la plancha, ahumado, seitan, etc. acompañados de lechuga, zanahoria rallada, variedad de germinados, pepino, etc.
TODA CLASE DE ENSALADAS. Podemos preparar una ensalada con cereales integrales o pasta, y otra con toda clase de ensaladas con color y de textura crujiente. Lo importante a recordar es no aliñarlas en casa. Llevar el aliño por separado.
PIZZAS CASERAS.
LAS BARBACOAS, siempre son un éxito, en todas las edades. Hay algo especial que une al grupo a la hora de preparar una barbacoa, y todavía mas al momento de saborearla. No es necesario pensar en carnes, también los vegetarianos podemos saborear barbacoas suculentas con: maíz, tomates, champiñones, calabacines, cebollas tiernas, remolacha cocida, etc. alternadas en las brochetas con proteínas vegetales: tofu, tempeh, seitan. O puede también usemos variedad de pescado.
VERDURAS A LA BRASA. También podemos hacer verduras a la brasa, sin necesidad de complicarnos la vida con las brochetas, así podríamos ampliar la lista para utilizar: espárragos, endibias, etc. o algunas otras verduras. Todas ellas por descontado, tanto a la brasa, como en brochetas regadas antes de la cocción con un buen aliño (aceite de oliva, jugo de jengibre fresco o mostaza, vinagre de arroz, jugo concentrado de manzana, y hierbas aromáticas al gusto).
POSTRES: No hay que olvidarlos. Puede ser una buena macedonia de frutas, o Mousse ya preparado en casa, como una tarta de frutas fácil de trasladar y comer. Si deseamos algo crujiente, para complementar la fruta veraniega, podemos hacer un crocante de frutos secos y semillas o llevarnos un postre de músico (variedad de frutos y frutas secas).
ZUMOS: También no hay que olvidar los zumos frescos, para complementar una mesa saludable y sana.