Criar insectos de forma sostenible puede ayudar a evitar la sobre explotación forestal y si la producción estuviera más automatizada, se podrían bajar los costes a un nivel en el que la industria se beneficiaría de la sustitución de harina de pescado, por ejemplo, con harina de insectos en la alimentación del ganado. La ventaja sería un aumento del suministro de pescado para el consumo humano, explicó la FAO.
Los expertos consideran que debido a que son de sangre fría, los insectos no utilizan energía alimentaria para mantener la temperatura corporal, producen una reducida cantidad de emisiones como metano, amoniaco, gases de efecto invernadero -que originan el calentamiento climático- y de estiércol, todo lo cual contamina el medio ambiente.
También podrían ser utilizados para descomponer los desechos, observan los expertos, que piden «políticas adecuadas» y mayores estudios.
La FAO subraya que si bien existen leyes que a menudo prohíben utilizar insectos en los alimentos para el consumo humano, «han surgido en los países desarrollados un número creciente de tiendas de alimentos y restaurantes novedosos» con esos bichos.
«El sector privado está dispuesto a invertir en la cría de insectos. Tenemos grandes oportunidades por delante», sostiene Paul Vantomme, uno de los autores del informe, quien considera clave un marco jurídico para el desarrollo de ese nuevo y prometedor sector.
Fuente: La Voz de Galicia 13.05.2013
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