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Unicef: su labor antes de las catástrofes

En cualquier emergencia, sea por desastre natural o conflicto armado, los niños y niñas son los más vulnerables. UNICEF respondió en 2015 a 310 emergencias: cifra escalofriante que engloba a casi 250 millones de niños y niñas que viven en países afectados por conflictos armados y a 28 millones de niños y niñas que están fuera de sus hogares huyendo de la violencia. Y es que desde hace 70 años, UNICEF trabaja antes, durante y después de las emergencias en áreas de salud, nutrición, agua, saneamiento e higiene, educación y protección.

La labor que UNICEF realiza antes de que ocurran las catástrofes es fundamental, a través de la presencia en más de 190 países y territorios de todo el mundo. La preparación y prevención aumentan las capacidades locales para dar respuesta a una emergencia y reducen las vulnerabilidades. Sin embargo, en muchas ocasiones, los desastres naturales y conflictos armados afectan a países donde la labor de UNICEF durante y después es inevitable por las graves consecuencias que han dejado los conflictos armados, terremotos, ciclones…

Las primeras 72 horas desde que ocurre una emergencia son claves. Es fundamental realizar una rápida evaluación de las necesidades para poder hacer una distribución de suministros. A continuación comienza la parte operativa de implementación de programas y la coordinación con gobiernos nacionales influyendo en esferas ejecutivas, otras agencias de Naciones Unidas y organizaciones locales para evaluar y abordar las necesidades. Entre los compromisos que UNICEF adquiere para llevar a cabo en los primeros dos meses desde que se declara una emergencia se encuentran: proveer de medicinas, vacunas y otros suministros como mantas, carpas, utensilios de cocina…; asegurar la nutrición mediante alimentos contra la desnutrición aguda grave; identificar y registrar a los niños y niñas no acompañados, protegerlos ante la separación familiar y prevenir el abuso y la explotación; generar espacios de enseñanza; evaluar, controlar, informar y comunicar sobre la situación de la infancia y adolescencia afectada.

Siria, Sudán del Sur, Nepal, Haití, Ecuador, Yemen, Filipinas… son sólo algunos de los países donde las emergencias han dejado infancia afectada. Por ello, queremos hacer hincapié en que la suma recurrente de pequeñas cosas genera mucho poder; muchas personas sensibles a las necesidades de la infancia en emergencias pueden establecer una sólida unión con fuerza de transformación. Se necesita sumar recursos para llegar a los niños y niñas víctimas de las emergencias. Porque uno más uno, es mucho más. Y porque  en una emergencia, cada uno de nosotros puede marcar la diferencia.

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