En su investigación publicada en la revista Physiology and Behaviour, el doctor William Bird, asesor de la de la Organización Mundial de la Salud, expone que el estrés, la demencia, la diabetes tipo II y las enfermedades del corazón pueden prevenirse y tratarse con una terapia al aire libre que incluya caminar en un entorno silvestre y el cuidado de plantas y flores. Por eso, plantea la jardinería y horticultura como actividades que ayudan en el cuidado de la salud. La investigación también prueba que los sonidos de la naturaleza reducen los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
William Bird es consciente de que los médicos aún no han aceptado que algo tan simple pueda ser más eficaz que los medicamento, pero insiste en que hay evidencia de que la naturaleza tiene un profundo impacto en el cuerpo y la mente: “Si la jardinería y un medicamento tienen el mismo efecto en la prevención de la diabetes, por ejemplo, deben ser comparados objetivamente en lugar de elegir el medicamento simplemente porque es más familiar en el sistema de salud.”