La construcción prefabricada surgió inicialmente como un intento de reducir costes y aumentar la rapidez de la construcción. Para ello se idearon varias estrategias, pero todas ellas pasaban por desplazar parte del proceso constructivo a las fábricas, e intentar procesos de repetición, modularidad, integración, normalización y optimización.
Origen
Seguramente se habían realizado este tipo de propuestas desde el principio de la revolución industrial, pero hubo que esperar a la reconstrucción global de ciudades, después de la segunda guerra mundial, para su desarrollo generalizado. Había que construir mucho, y había que hacerlo rápido y barato. Y no se tenía mucho dinero. El proceso se alargó más de lo debido, y llegó hasta el fabuloso crecimiento vegetativo de los años 60 y 70, reforzado por los grandes flujos de población a las ciudades. La construcción prefabricada se extendió por toda Europa, pero con más intensidad en los países más industrializados.
El gran problema de la prefabricación quizás haya sido que no ha tenido ocasión de evolucionar adecuadamente. Prácticamente se ha quedado en una etapa inicial, a pesar de que la tecnología actual permite realizar todo tipo de edificios, con altísima calidad, precio reducido, y con cualquier tipo de forma. La razón de este estancamiento se ha debido, fundamentalmente, al rechazo social. Este rechazo social tiene un doble origen. Por un lado, en los países del este se produjo una asociación histórica entre las viviendas prefabricadas y el extinto régimen comunista. Aunque dichas viviendas en realidad tenían buena calidad, los ciudadanos ya habían asociado el concepto de vivienda prefabricada a las carencias del régimen comunista. Por ello, al rechazar dicho régimen, implícitamente se estaban rechazando las viviendas prefabricadas.
Por otro lado, las primeras viviendas prefabricadas construidas en los antiguos países comunistas eran pequeñas, de mala calidad, y con un aspecto de “conejeras”, “cuarteles”, o similar. El aspecto de estos edificios se asoció rápidamente con el concepto de “vivienda prefabricada”. Por ello, a pesar de la enorme evolución y riqueza formal de los actuales sistemas de construcción prefabricada, el ciudadano continúa teniendo la misma percepción original de la construcción prefabricada. Como quiera que sea, y a pesar de sus enormes ventajas, la arquitectura industrializada y prefabricada no ha sabido convencer a la sociedad. Sin embargo, todo apunta a que la situación cambiará completamente en los próximos años.
Evolución de los sistemas prefabricados y libertad de diseño
Los sistemas constructivos industrializados y prefabricados han evolucionado muchísimo desde sus orígenes, y en la actualidad las posibilidades de diseño son ilimitadas. De hecho, pueden identificarse tres etapas diferentes en su evolución. En una primera etapa se desarrollaron productos con un diseño constructivo y soluciones tipológicas muy rígidas que verdaderamente limitaron los procesos creativos de los arquitectos. En esta época, las soluciones arquitectónicas se centraron fundamentalmente en la organización espacial del conjunto, más que al diseño de las viviendas.
En una segunda etapa se desarrollaron productos que permitieron una cierta elección de los diseños, y su objetivo era crear sistemas de componentes semiabiertos. Estos sistemas posibilitaban el desarrollo de una variedad limitada de tipologías por parte de los proyectistas, a partir de diseños de componentes muy elaborados pero de poca flexibilidad. Por último, en la actualidad estamos asistiendo a una tercera etapa en el uso de sistemas prefabricados. Actualmente se construyen sistemas prefabricados, completamente abiertos, que son capaces de proporcionar una gran variedad de posibilidades de desarrollo de diseño de tipologías. Con la tecnología actual, y los avanzados sistemas de CAD/CAM/CAE prácticamente se puede construir en fábrica cualquier componente de un edificio, para ser montado, con posterioridad, en el lugar que le corresponda en obra.
Sistemas de prefabricación a base de madera, acero y hormigón armado
La construcción prefabricada en Europa se basa fundamentalmente en el uso de tres materiales concretos: la madera, el acero y el hormigón armado. Es cierto que se puede industrializar y prefabricar todo tipo de elementos constructivos, y con cualquier tipo de material. Sin embargo, estos tres materiales son básicos, y los más utilizados. Sin embargo, los sistemas de industrialización y prefabricación mas extendidos y deseados se basan en la utilización del hormigón armado, sobre todo en España (hay que decir que España supone casi el 10% del mercado de hormigón de toda Europa). Sin duda, la prefabricación a base de hormigón armado ofrece muchísimas posibilidades que no tienen otros materiales.
Ventajas e inconvenientes de la prefabricación con hormigón armado
Sin duda, los sistemas prefabricados a base de elementos de hormigón armado son mucho mejores que los demás. Y por otro lado también ofrecen muchas ventajas sobre los sistemas de hormigonado “in situ”. A continuación se resumen sus ventajas y también algunos de sus inconvenientes. Inconvenientes que ya se están empezando a resolver, y que sin duda, aumentará el número de edificios construidos con este sistema, y como consecuencia, su aceptación social.
Alta resistencia y robustez
Los sistemas estructurales prefabricados de hormigón armado y pretensazo pueden tener la misma resistencia estructural que los sistemas de construcción convencionales. Así mismo, se pueden conseguir sistemas estructurales prefabricados, de tal modo que sean capaces de resistir cualquier tipo de solicitación, vertical, horizontal o aleatoria. Por otro lado estos sistemas tienen menor deformación estructural en elementos horizontales (losas).
Amplia variedad de formas arquitectónicas
Hoy en día se pueden fabricar todo tipo de piezas, con formas irregulares, tamaños diversos, y capaces de ensamblarse entre sí, y obtener las formas deseadas por cualquier arquitecto, en el diseño de sus edificios.
Resistencia al fuego
Los paneles prefabricados de hormigón armado tienen en promedio de una a dos horas de resistencia al fuego, sin necesidad de ningún tipo de protección.
Reducción de costes
La construcción a base de sistemas prefabricados de hormigón armado y pretensado puede reducir una media de un 7% el coste de construcción de cualquier tipo de edificio.
Velocidad de construcción
La construcción a base de paneles prefabricados de hormigón puede ser 4 veces más rápida que los sistemas de construcción convencionales. Del mismo modo, puede llegar a ser dos veces más rápida que la construcción a base de elementos prefabricados de acero.
Inercia térmica
Debido al elevado peso de los elementos constructivos realizados con hormigón armado, la construcción resultante tiene una elevada inercia térmica. Esto es muy
importante ya que el consumo energético de los edificios se puede reducir de forma sustancial. En verano los edificios permanecen frescos a lo largo del día, ya que han almacenado el fresco durante la noche. En cambio, en invierno los edificios permanecen calientes durante la noche, ya que han acumulado el calor generado por la radiación solar a lo largo del día.
Aislamiento acústico
Debido al elevado peso de los sistemas prefabricados a bese de elementos de hormigón armado y pretensado los edificios resultantes disponen de un elevado nivel de aislamiento acústico.
Sostenibilidad
El hormigón es el material de construcción que menos energía ha necesitado para su obtención (aproximadamente 1 MJul/kg, es decir, tres veces menos energía que la madera, 17 veces menos que el acero, y unas 220 veces menos que el aluminio). Por ello, construir con hormigón es una garantía energética. Sin embargo, las estructuras convencionales de hormigón armado son continuas, para garantizar la rigidez de los nudos. Por ello, superada la vida útil del edificio no hay más remedio que derribarlo, con la consiguiente generación de residuos y emisiones.
En cambio, las estructuras realizadas a base de elementos prefabricados de hormigón pueden desmontarse, sin generar residuo alguno. Por ello, los sistemas prefabricados basados en paneles de hormigón ensamblados in situ se convierten en los sistemas mas sostenibles de todos cuantos existen, ya que son los que menos energía necesitan, y los que menos residuos y emisiones generan. Vistas las enormes ventajas de estos sistemas, también hay que señalar sus inconvenientes, entre las que se encuentran la falta de información entre los profesionales (arquitectos, ingenieros, contratistas) sobre las posibilidades de esta técnica, y las limitaciones empresariales y tecnológicas a la hora de fabricar y utilizar estas piezas prefabricadas.
Industrialización, prefabricación y sostenibilidad
Los pilares básicos en los que se fundamenta la arquitectura sostenible son los siguientes:
1. Optimización de los recursos y materiales
2. Disminución del consumo energético y fomento de energías renovables
3. Disminución de residuos y emisiones
4. Disminución del mantenimiento, explotación y uso de los edificios
5. Aumento de la calidad de vida de los ocupantes de los edificios
Por tanto, el grado de consecución de cada uno de estos pilares básicos constituye por tanto el nivel de sostenibilidad de una construcción. No obstante, estos pilares básicos son muy generales y ambiguos. Por ello, se hace necesario dividirlos en varias partes, de tal modo que sean diferentes entre sí, y al mismo tiempo, fáciles de identificar, de ejecutar, y de evaluar. Estas partes se denominarán “indicadores sostenibles”, y servirán tanto para evaluar el grado de sostenibilidad de un determinado edificio (si el edificio ya está construido), como para dar las pautas para la construcción de un edificio 100% sostenible (para el proyecto de nuevos edificios).
El futuro de la construcción prefabricada en Europa
Durante los últimos cinco años Europa se ha convertido en un campo de experimentación en el cual con frecuencia se llevan al límite los conceptos habituales para dar solución a nuevos retos constructivos. La tecnología ha evolucionado muchísimo, y por tanto los sistemas de prefabricación permiten en la actualidad realizar casi cualquier tipo de edificio, pero de forma más económica, más rápida y más ecológica. Sin embargo, a pesar de este rápido adelanto tecnológico, la sociedad sigue teniendo una mala percepción de la construcción prefabricada, lo cual dificulta su desarrollo y su implantación generalizada.
Por ello, de cara al futuro, es importante que se difundan lo más ampliamente posible ejemplos singulares de arquitectura prefabricada. De este modo, la sociedad podrá darse cuenta de que los resultados pueden ser muy atractivos, funcionales, cómodos, y además flexibles, económicos, rápidos y sostenibles. Y como resultado, dejará de obstaculizar el desarrollo de las enormes y atractivas posibilidades de la arquitectura prefabricada.