¿Cómo debe elegirse la protección solar para lograr un bronceado seguro? En función del tipo de piel de cada uno, lo que los especialistas llaman el fototipo o lo que es lo mismo la capacidad dérmica para asimilar la radiación solar. El mercado ofrece hoy cremas que favorecen el bronceado, sin necesidad de abrasarse la piel. El factor de protección que se seleccione deberá ir en consonancia con la palidez o el moreno natural de cada cual. Con el factor máximo, 50, uno nunca se equivoca, pero por norma cuanto más blanco se es, mayor protección se requiere.
Como consejo general, la crema ha de darse en abundancia, antes de exponerse al sol y renovarse cada dos horas y después del baño. Las pieles celtas, blancas o claras y con pecas, deben evitar las radiaciones altas y protegerse con las cremas más potentes, de un factor 50. Este tipo de pieles no llegan a ponerse morenas; el objetivo es evitar que se quemen.
En una gama mixta se situaría la piel que suelen tener las personas con una mínima tonalidad marrón, ojos castaños y grises, las típicas de Europa, denominadas caucásicas (la nuestra, vamos). Se queman ocasionalmente y se broncean de manera moderada. Su protección ha de ser de tipo medio, 20-30.
La piel tostada o ligeramente amarronada se denomina de tipo mediterráneo. Es un cuero que se broncea con facilidad y que se quema en contadas ocasiones, a menudo por excesiva confianza en él. Por ello, como en el caso de las pieles mixtas, requiere una protección media.
Mejor protección natural gozan las personas de piel morena o amarronada intensa. Es la típica de las razas amerindias, indoasiáticas y sudamericanas. Casi nunca se queman, pero una protección media tampoco les vendrá mal. La defensa natural ideal es la de personas con piel negra, con pelo y ojos oscuros. El sol puede oscurecerles ligeramente, pero con su protección natural, generalmente, les es suficiente. Los especialistas, en todo caso, recomiendan que las personas de pieles oscuras se den un mínimo de protección para evitar todo riesgo. Las cremas solares no solo tienen una función protectora, sino que además hidratan y nutren la piel.
Esta mancha me preocupa…
Si bien la gran mayoría de las manchas cutáneas son un problema meramente estético, si debemos estar atentos a la evolución de las que se mantienen de forma permanente y presentan determinadas características.
¿Qué factores en el aspecto de un lunar, mancha, o lesión cutánea deben motivar una visita al médico?
-Lunares que cambian de tamaño, forma o color.
-Lunares nuevos.
-Lunares asimétricos, con bordes desiguales o poco definidos.
-Lunares de más de medio centímetro de diámetro.
-Lunares de color no uniforme, con “manchitas” de color más oscuro que el propio lunar.
-Llagas que no cicatrizan.
-Enrojecimiento, inflamación, picor o dolor en la zona del lunar o mancha.
-Manchas que tienen un aspecto diferente a otras que tengamos en la piel, y cambian de forma o color.
-Manchas con superficie rugosa o escamada, o aquellas de superficie “brillante”.