problemas de piel

Problemas de piel originados por el deporte

Cada vez hay más personas que practican deporte. Expertos y autoridades nos recuerdan continuamente los beneficios de practicar ejercicio físico de manera regular. Sin embargo, si no se adoptan las medidas adecuadas, la práctica deportiva puede provocarnos molestias o incluso trastornos.

Son muy frecuentes las pequeñas afecciones en la piel producidas por un calzado o ropa inadecuados, por la fricción del material textil o deportivo, etc. Se estima que cada año se producen 3,5 millones de lesiones de este tipo. La variedad de pequeñas lesiones que pueden aparecer en la piel mientras practicamos deporte es amplia. Es frecuente la aparición de ampollas de fricción, que se producen por un mal ajuste del calcetín o calzado, o bien por una mala sujeción de material deportivo, como raquetas de tenis, por ejemplo. También se puede producir clavo, que es como se denomina el engrosamiento de la capa córnea sobre el hueso por un calzado inadecuado. Y otro ejemplo de lesión cutánea deportiva es el pezón del corredor, es decir, abrasiones y grietas que pueden llegar a sangrar por la fricción de la ropa húmeda sobre el pezón.

También podemos provocarnos un hematoma subungueal, denominación que reciben las laceraciones o heridas de lámina de la uña provocada por la ruptura de capilares; eritema del nadador, que es una placa enrojecida o inflamada en el hombro; nódulo del surfista, o pequeños traumatismos y microhemorragias en la zona del tobillo que pueden acabar en cicatriz; pie de atleta, un tipo de infección causado por un hongo cuando no se seca bien la piel antes de calzarse, o bien cuando se utilizan calcetines y calzado que no favorece la transpiración; uña encarnada, muy molesta cuando los fragmentos de uña penetran en la dermis; etc.

En definitiva, la práctica deportiva puede dar lugar a multitud de lesiones cotidianas pero no por ello menos incómodas. A ello hay que sumar el hecho de que practicar deporte al aire libre puede exponernos a quemaduras solares si no se utiliza una protección adecuada. En contacto con el agua y la nieve, la radiación solar multiplica sus riesgos pudiendo generarse edemas, ampollas y mucho dolor.

Para prevenir estas afecciones, el primer consejo es utilizar siempre calzado cómodo y apropiado para cada actividad, usar una indumentaria adecuada y protegerse frente al sol con gafas y cremas solares. Si aun así nos ocasionamos alguna lesión o se produce alguna alteración en la piel, la fitoterapia pone a nuestra disposición numerosas plantas para uso externo con propiedades antiinflamatorias, antisépticas, regeneradoras y analgésicas. Así, por ejemplo, tienen un alto poder antiinflamatorio el árnica, el harpagofito, la verbena, la milenrama, la caléndula y el llantén. Son antisépticas la lavanda, el romero, la melisa, el ciprés, el niaoulí, el cajeput, la celidonia y el limón.

La cicatrización se favorece con el empleo de plantas que contienen sustancias como la alantoína, que favorecen la regeneración epitelial. Tienen estas características por ejemplo la milenrama, la caléndula, la equinácea, la cola de caballo o la margarita menor. Son plantas regeneradoras la consuelda, que por su contenido en alantoína quizás sea el mejor regenerador tisular de uso externo, y el hamamelis, que contiene taninos que ejercen acción astringente cicatrizante-reepitelizante.

En la actualidad hay muchos productos de fitoterapia en el mercado que contienen estas plantas. El laboratorio Equisalud, referente en fitoterapia holística, cuenta con productos que las combinan para obtener un efecto sinérgico sobre la afección a tratar. Este artículo es meramente informativo. Un uso inadecuado de las plantas puede conllevar efectos secundarios negativos o molestias de importancia. Póngase siempre en manos de un especialista.

Dos de las lesiones más comunes al practicar ejercicio físico son las ampollas y quemaduras solares, y ambas pueden tratarse con remedios naturales.

Para curar una ampolla, lo primero que hay que hacer es eliminar el líquido que contiene, pinchándola con una aguja previamente desinfectada con alcohol. Después hay que lavar la zona con agua y jabón y aplicar una crema reparadora como Cerato Herbal, de Equisalud. Esta crema contiene cola de caballo, caléndula, llantén, equinácea, consuelda, árnica, aceite de almendras dulces y cera virgen de abeja. Todas estas plantas le otorgan una gran capacidad hidratante y regeneradora. Para tratar de manera natural las quemaduras solares se aconseja darse un baño de agua fresca o aplicar compresas o gasas humedecidas con agua fría en las zonas afectadas. La baja temperatura aliviará la quemazón. Después es conveniente aplicar una crema con plantas que tengan propiedades antiinflamatorias y restauradoras de la piel. Entre ellas encontramos por ejemplo el aloe, la lechuga, el hamamelis, la verbena, el llantén, el malvavisco o la tila. Se pueden prevenir las quemaduras de manera eficaz con la crema Polisol, de Equisalud, que tiene un alto contenido en caléndula y matricaria.

Cómo cuidar la piel durante el ejercicio físico:

• Controle la práctica deportiva en ambientes extremos, tanto si es muy frío como muy cálido. Las temperaturas excesivamente altas o demasiado bajas pueden afectar a su piel.

• Utilice un calzado cómodo y apropiado para cada actividad. Evitará las lesiones dermatológicas en los pies.
• Use ropa adecuada y protéjase adecuadamente del sol con gafas, cremas solares, etc.
• Dúchese después de hacer ejercicio. Además de proporcionar higiene y bienestar, evitará reacciones al sudor.
• Después de la ducha, utilice una crema hidratante adecuada a su tipo de piel. Esto la mantendrá en perfecto estado.
• Si durante la práctica del ejercicio se ha hecho alguna rozadura, ampolla o cualquier otra afección, tráteselo inmediatamente.

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