Cada vez son más las personas que consumen leches vegetales, (avena, arroz, avellanas, almendra, quínoa, etc.), debido a los inconvenientes que tiene en general la leche animal para el organismo humano, se produzcan ó no reacciones visibles como alergia o intolerancia. Evidentemente, la leche animal está contraindicada en caso de alergia a la proteina láctea, así como si se sufre intolerancia a la lactosa (galactosemia). También deben evitarlas las personas que han sido operadas del estómago. Respecto a este tema, se suele recomendar el consumo de leche a las personas que padecen úlceras, ya que calma el dolor al incrementar el moco gástrico, pero se sabe que después se produce un incremento de la acidez estomacal con lo que se agudiza la úlcera.
También ha empezado a tenerse en cuenta la influencia del consumo de leche animal en los trastornos digestivos, sobre todo en aquellos en los que aparecen síntomas como colon irritable y/o hemorragias intestinales. Así mismo es interesante saber que puede provocar pequeñas hemorragias intestinales por ella misma, y que por lo tanto, las colitis ulcerosas y las anemias ferropénicas son procesos que no deben incluir la leche en su tratamiento. Algunas personas sufren estreñimiento y en cambio otros padecen diarreas relacionadas con el consumo de leche.
Otros procesos, no bien conocidos del público en general, son los infartos coronarios, la diabetes y las cataratas (en este caso debido a que la galactosa hace que el cristalino se tienda a opacificar). En los niños pequeños sobre todo, se sabe que a menudo provoca los primeros días de consumo vómitos y diarrea, tienden a padecer con más frecuencia retraso psicomotor y cataratas, así como diabetes insulinodependiente.
Por otro lado, y a pesar de los tratamientos que se le realizan después del ordeño para que sus cualidades higiénicas sean óptimas, no es extraño que puedan tener contaminantes de tipo bacteriano, radioactivo ó químico (como los antibióticos, pesticidas y hormonas del crecimiento), relacionados con el tipo de dieta y los medicamentos que se suministra al ganado.
Por todas estas razones, los naturópatas a menudo recomendamos que el uso de la leche de animales sea controlado o incluso suprimido en la alimentación, sustituyéndolas por preparados de origen vegetal. Las fórmulas vegetales suelen llevar añadido calcio para aportar a la dieta el que dejamos de ingerir al retirar la leche común, la cual sí lo incluye entre sus componentes esenciales.
Como inconvenientes de las leches vegetales se pueden nombrar además la falta de fibra, así como de hierro y vitamina C. Sin embargo existen muchos preparados de leche vegetal cuya formulación está equilibrada para aportarnos prácticamente los mismos nutrientes que una leche animal, y, como verán más adelante en estas páginas, siempre se puede adaptar el resto de nuestra ingesta diaria para que resulte equilibrada a pesar de no incluir lácteos ni sus derivados.