Agua micelar – Higiene para el rostro
Texto: Jesús Chicón
Bueno! ¡Se acabó lo bueno! Se terminó el verano, con su sol, su calor, sus atascos, sus días de niños sin colegio… ¡No sé, no sé! No sé si finalizó lo bueno o realmente comienza. Lo que en cualquier caso es cierto es que septiembre es una vuelta a la normalidad: clases, trabajos, horarios, rutinas… Es decir, es una vuelta al orden.
Un orden necesario. Que nos da tranquilidad. Nos relaja. Nos hace sentirnos seguros. Subidos a una dinámica que conocemos porque la llevamos repitiendo mucho tiempo. Algo parecido ocurre con nuestra piel. El verano “la desordena”. Después de la edad biológica, es decir, de los años que tengamos, el sol es el factor que más contribuye al envejecimiento cutáneo. Así el verano se presenta como la época del año más “castigadora” con nuestra piel: la deshidrata, la reseca, la oscurece, la hace más gruesa… Es tan intenso el estímulo solar durante esta estación que provoca una reacción masiva de nuestros mecanismos de defensa natural frente al sol.…