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Shiatsu – Una experiencia de salud y humanidad

No es extraño observar como cada vez más y más personas se acercan al mundo natural. Los artificios y avances tecnológicos que nos proporcionan muchas comodidades, paralelamente nos alejan de nuestra propia naturaleza, y cuando somos conscientes de ello, surge el instinto de recuperar parte de esa quietud, que, de una forma u otra hemos abandonado. Es como una llamada interior que nos invita a recuperar el equilibrio perdido.

La mayoría de las personas reconocen haber pensado en algún momento que, antes o después, tendrán que hacer algo para poner cierto equilibrio físico y mental en sus vidas. Esto es normal ya que, el ritmo y el estilo de vida que hemos convertido en habitual, normalmente, difiere bastante de lo que nuestro cuerpo y nuestra mente necesitan.

Referencia obligada

En este entorno inquietante, nos llega el Shiatsu, una forma de masaje, o como a mí me gusta nombrar, una forma de comunicación a través de las manos. Una práctica terapéutica que hunde sus raíces en la medicina oriental, y desarrollada por el maestro Tokujiro Namikoshi alrededor de 1912, y finalmente, reconocida oficialmente por el Ministerio de Salud y Bienestar de Japón en 1957.

Desde entonces, e incesantemente, este masaje terapéutico se ha ido expandiendo por todo el mundo, dando resultados beneficiosos para la salud y mejorando la calidad de vida de las personas.

El maestro Shigeru Onoda, natural de Japón, se graduó en abril de 1981 en el Japan Shiatsu College de Tokyo, única escuela oficial para el aprendizaje del Shiatsu en Japón, donde aprendió con los maestros Tokujiro Namikoshi, Toru Namikoshi y Matsuko Namikoshiy.

>Después de trabajar como terapeuta se Shiatsu en varias clínicas, vino a España y en Junio de 1984 creó su propio centro en Madrid, donde comenzó a difundir el Shiatsu, que por aquellos años era prácticamente desconocido en nuestro país.

En 1991 fundó la Asociación Española de Shiatsu BENKYOKAI, que 5 años más tarde se convertiría en la actual ESCUELA JAPONESA DE SHIATSU-DO (E.J.S.). Fruto de ese esfuerzo continuo, actualmente hay Escuelas asociadas en Valencia, Málaga, Granada, Tenerife, Lanzarote y próximamente en Barcelona. En el año 2004 creó el Grupo Namikoshi Shiatsu Europa, (NSE) reconocido y apoyado por el Japan Shiatsu College, para promover y facilitar la difusión y el control de calidad de la enseñanza en toda Europa.

LA PRÁCTICA DEL SHIATSU

En esta época en que la atención médica se ha hecho tan técnica y especializada, y nuestro ritmo de vida tan estresante, el Shiatsu se realiza en un ambiente cálido, relajado, donde el tiempo no apremie. En ese escenario, el practicante de Shiatsu irá presionando suavemente con las palmas de las manos y los dedos pulgares, las zonas rígidas y entumecidas del cuerpo. Presiones que irán recorriendo puntos y zonas determinadas en cada caso, según las necesidades y teniendo en cuenta, de forma individual, la condición física y emocional, la edad, la vitalidad, e incluso el carácter de la persona, factores que llevarán al terapeuta de Shiatsu, a patrones personalizados de trabajo.

Presionando esas zonas, normalmente relacionadas con el sistema nervioso, la estructura muscular y los puntos vinculados a la medicina oriental, el shiatsupractor irá estable ciendo, mientras trabaja,  un diagnóstico en función del estado en que se encuentren esos puntos y zonas a tratar. De tal manera que en la práctica de Shiatsu el tratamiento y el diagnóstico se realizan al mismo tiempo.

A diferencia de otras culturas, en el suroeste europeo, no está integrado en la rutina de las  personas, el uso del masaje, de los baños, o de la sauna, tan habitual en otras latitudes. Por lo tanto, estas prácticas no son habituales, por lo que están asociadas a la necesidad y no al placer. Es decir, solo pensamos en nuestro bienestar cuando este se ha roto y ya no somos capaces de aguantar el desequilibrio o el dolor. En realidad, el Shiatsu es una terapia principalmente preventiva, deberíamos cambiar nuestra cultura de la salud, y prestar atención al cuerpo para mantenerlo sano y no solo cuando nos avisa con el dolor. Ese cambio de mentalidad, nos llevaría indudablemente a una vida más placentera y a mantener el cuerpo en buenas condiciones, me refiero a mantener en un estado saludable, la capacidad natural de autocuración del organismo.

Una de las particularidades interesantes del Shiatsu, es que para su práctica, no se necesita ningún instrumento salvo las manos. Eso permite que pueda ser aplicado en cualquier circunstancia y lugar, al tiempo que le da a este, un carácter humilde y de sencillez, quedando libre de toda complejidad tecnológica que pudiera difi cultar su aplicación.

De hecho, las manos experimentadas del terapeuta profesional, pueden extraer más información del cuerpo con el que trabaja, que máquinas muy costosas y especializadas. Esta desnudez tecnológica del Shiatsu, lo lleva a una extraordinaria humanización a través del tacto, algo demasiado ausente en la actualidad entre pacientes y profesionales de la salud.

Una comunicación plena entre el cuerpo y las manos, que trasciende lo físico para llegar incluso al plano emocional de las personas. No es extraño que quien recibe Shiatsu se sienta mecido por esa cadencia del movimiento y la respiración, y a través de la relajación profunda, acabe por  experimentar sensaciones conectadas con su niñez, o su más tierna infancia, incluso, que el cuerpo abra situaciones de bloqueo y libere toda la tensión contenida durante años.

Algunas personas creen, que las presiones que se realizan en Shiatsu sobre determinados puntos, provocan una reacción casi mágica e instantánea sobre el funcionamiento de determinados órganos y vísceras, y hay que decir que no es tan simple. Fiel al concepto tradicional de salud, en Shiatsu también se piensa que “el todo es más que la suma de las partes”, es decir se trabaja en todo el cuerpo (terapia holística). Esto significa, que en una sesión, se tienen en cuenta muchos factores que suelen estar relacionados entre sí. Eso le permite al practicante, trabajar con todos los recursos disponibles en el cuerpo. Por ello, se hace necesario un tratamiento que abarque todo, el aspecto físico y emocional, para permitir un flujo integral del propio sistema de autocuración, y conseguir el objetivo fundamental de mantener o devolver el equilibrio a la persona.

No obstante, en cada caso, se establecen prioridades y estas son atendidas en combinación, o después de un trabajo global. A esto se le conoce como macro y micro-tratamiento.

El Shiatsu en casa

Más allá del aspecto profesional de la práctica del Shiatsu, este debería estar integrado en las rutinas de los ambientes familiares. Así como acudimos a las manos expertas para paliar cualquier dolencia o malestar, también deberíamos considerar la práctica del Shiatsu como una forma de bienestar en el ámbito más cercano, la familia. Aprender en poco tiempo, formas básicas de tratamiento de Shiatsu, está al alcance de todos, y ese conocimiento, llevado a la práctica compartida y frecuente, nos ayudaría extraordinariamente, no solo a mantener la salud, sino a establecer lazos de comunicación, mejorando el contacto físico necesario y cada vez menos frecuente, fortalecido por una experiencia amorosa y placentera, tanto entre la pareja como con nuestros hijos.

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